Brisa intermitente, piedras húmedas, pies descalzos, mar imponente, azul infinito, oleaje sereno, noche eterna.
martes, enero 19, 2010
De holismo y fanatismo
miércoles, enero 06, 2010
Amor a camiseta vista
lunes, noviembre 30, 2009
El papelito
viernes, septiembre 25, 2009
4 años
domingo, septiembre 20, 2009
Meteorito
sábado, septiembre 19, 2009
El pelotas
jueves, septiembre 17, 2009
Los dos Homeros
martes, septiembre 15, 2009
De la condición perfecta para escribir
domingo, septiembre 13, 2009
Nuevamente

y quise robarle más sueño a los minutos,
para no aturdirme tanto en repensarte.
para no agobiarme tanto en representarte,
para no cansarme de intentar descansar de ti.
Nuevamente desperté con las dudas en la cabeza.
Y quise alejarlas de mi pensamiento,
pero cada que pueden regresan más intensas,
pero cada que pueden se incrustan más, violentas,
pero cada que pueden aturden más el corazón.
Nuevamente respiré el aire entrecortado, agónico.
Mientras caminaba por las calles desiertas, ajenas.
Y quise reconocerlas contigo de mi lado.
Y quise caminarlas contigo de la mano.
Y quise respirarlas con tu aliento en derredor.
Nuevamente te soñé despierto entre la gente.
Me ausenté del tiempo y del espacio, distante.
E imaginé tus cabellos de tórrido azabache.
Y soñé con tus ojos contemplándome.
Y recordé tus labios besándome.
Y durante el día escuché treinta canciones de la radio asociándolas a ti.
Y durante la semana respondí cien veces el teléfono contestándote a ti.
Y desde que te conozco, intenté leer mil libros en vano para no pensar en ti.
Y nuevamente regresé a mi casa con ausencia de ti.
Nuevamente me acosté en mi cama queriéndote aquí.
sábado, septiembre 12, 2009
Por qué no te das cuenta.

Que cuando estoy cerca a tu cuerpo el mío se me inquieta.
Que mi pecho se estruja, que mi corazón se alegra.
Que mis palabras se difuminan y mi voz se mengua.
Por qué no te das cuenta...
Que cuando despierto en la mañana te recuerdo toda.
Y recuerdo la textura de tus labios y el sabor de tus besos.
Y recuerdo también el olor de tu cuerpo y tus cabellos sueltos.
Por qué no te das cuenta...
Que tu sonrisa me acelera el alma y me inquieta la mirada.
Que tus ojos, cuando me observan, me devoran la piel y los huesos.
Que tus labios me transportan al infinito con tus besos.
Por qué no te das cuenta...
Que con solo con un gesto, una palabra, me tendrías a tus brazos.
Que con tu silencio, ahora, me puede la angustia y el desánimo.
Por qué no te das cuenta, maldita sea, que así me obligas a abandonar.
viernes, septiembre 11, 2009
La cajita de la Autoestima y Radio Filarmonía
jueves, septiembre 10, 2009
Plácidamente Plácido
sábado, septiembre 05, 2009
Suspiros a la limeña
sábado, agosto 22, 2009
Paulocoelhísticamente ridículo
martes, agosto 18, 2009
Los verdaderos ciegos
miércoles, julio 29, 2009
2009: Odisea de la identidad nacional...
viernes, julio 24, 2009
Con Betamax y con DVD
jueves, julio 16, 2009
De la esperanza de un verde cantor
Era un desastre. Subió al podio y ni se presentó. Cuando la noch... Perdón, ahí va otra vez: Cuando la noche se acerca, hay algo en mi alma que vuelve a brillaaar.... Tampoco podía mantenerse en pie. Se sostenía con mucha dificultad mientras miraba al respetable. Los pasajeros que no quieren saber nada de cada vez más sujetos entrando a pedir limosnas con infinidades de historias, que mi tía ciega que necesita una operación, que acabo de salir de prisión y no encuentro trabajo, que el Centro Victoria y los caramelitos, que ocho cuartos menos cinco tercios, que un arroz con mango con turroncitos arequipeños a tres por un solsito, los pasajeros ya habían sacado sus cámaras de la indiferencia, levantándolas a refregarle en la cara sus estresantes luces límpidas, y volvió a entumecerse en un mugido opaco y silencioso. Paso las horas fumando, oyendo.... Ay, me olvidé la letra.
El pobre joven era un triste palmo de narices. El silencio era apabullante. Pero volvió a comenzar. Sé qué hay en tus ojos con solo mirar... Había que estar ahí para verlo intentar, había que estar ahí para escucharlo intentar atinar, desafinando, unas notas en su guitarra presumiblemente prestada -porque parecía no acostumbrarse a su ligeramente pequeño cuello-. Sé, que las ventanas se pueden abrir, cambiar el aire depende de ti... Había que estar allí para verlo luchar contra la indomable calidad de las pistas, que apuraban sus pies hacia adelante y hacia atrás y lo sumían en desconcierto y temblor. Es mejor perderse que nunca embarcar, mejor tentarse a dejar de intentar...
Y resbalaba. Saber que se puede, querer que se pueda... Pero yo ya lo estaba acompañando al unísono. Quitarse los miedos, sacarlos afuera... Sonreía, mientras yo no podía evitar una ligera sensación de humedad entre mis párpados. Pintarse la cara color esperanza, tentar al futuro... con el corazón.
Al final se equivocó en la siguiente estrofa, pero ya lo había conseguido: tocar al público. Y no hablemos del éxito monetario que finalmente obtuvo. Tampoco hablemos que en el trayecto se subieron 3 sujetos más, los de siempre, los que siempre están muriéndose y no se acaban de morir, y los otros que siempre tienen a otras personas también muriéndose indefinida y eternamente, incluso aquellos los que siempre sacan la misma prescripción médica vieja de hace 4 años.
No. Por el momento hablemos de este ilustre desconocido que se tentó a sí mismo a subir por primera vez a un microbús, y que lo intentó valientemente. Que no tuvo temor de subir y comenzar de nuevo. Que no tuvo temor a la burla, a las risas de quienes atónitos observaban cómo tanto trabajo le costaba mantenerse en pie mientras sonaban sus cuerdas, o cómo tanto trabajo le costaba hacer sonar sus cuerdas, o recordar sus letras. Un joven que no tuvo temor de sonreír, de sí mismo, quizá en el momento más difícil de su vida. Qué ejemplo de vida, tan fácil. Qué privilegio verlo subir y tocar para todos. Qué emoción encontrar gente así, saber que todavía existe gente así, que no solo están en las comedias románticas gringas.
Qué increíble ser testigo de una primera vez tan valerosa. Todavía pueden pintarnos de esperanza no solo las caras, sino los corazones. Todavía pueden ayudarnos a pensar en que podemos seguir tratando de cambiar las cosas. En estos tiempos de necedad, de violencia, de indignidad, en estos tiempos de gente tan gris, verdaderamente, un ejemplo de cantor de la vida. Y tan joven. Discúlpenme -los que se sientan atosigados- por el ricardoarjonismo paulocoelhismo pensamiento Diego Torres, pero da esperanza.