lunes, marzo 26, 2018

Poema: Cuando estás entre mis brazos

Cuando te tomo entre mis brazos.
Nos besamos, nos amamos y nuestros cuerpos estrujamos.
El universo se reduce hasta el pequeño espacio entre tu boca y la mía. 
El tiempo se suspende y se bifurca, al compás de tu respiración y la mía.
Y no existe más presente, ni pasado.
Ni nada ni nadie conocido.
Ni hambre, ni frío. Solo deseo y cariño.

Cuando estás entre mis manos.
Cuando nos abrazamos recostados.
No hay nada que me anime a levantarme.
No hay nada más que tu cuerpo expectante.
Y la eternidad es el instante.
Y no hay temor de muerte que me espante.

Cuando estás entre mis manos.
Cuando observo dentro de tus ojos aguijarrados.
Es tan tentador quedarme cobijado.
Es tan fácil proyectarme a tu lado.
No hay nada que me devuelva a la razón.
Vuela y trepa mi pundonoroso corazón,
Cuando estás entre mis manos.

25/3/2018

viernes, marzo 23, 2018

Poema: Sonrío

Sonrío :)
Me pides que sonría,
que vea más alegre la vida.
cuando mi alegría es que sonrías,
cuando tu sonrisa le da colores a mis días.
Lo cierto es que sonreiría más contemplando tu sonrisa,
la verdad es que disfrutando de ella me embriagaría.
Me pides paciencia,
que mi insistencia no te sobrecargue
Me pides cordura,
que no te idealice, que no dramatice
Lo cierto es que tu sonrisa es mi alegría,
mi hobby es observar tus lindos ojos
la verdad es que me paso el tiempo pensando en tus labios rojos.
Lo que no sabes que es que hace tiempo que sonrío.
Siempre que te escucho, siempre que te miro.
Lo cierto es que sonrío cada que te recuerdo,
cada que te digo para vernos.
La verdad es
que cada que me saludas,
cada segundo que vivimos,
cada vez que compartimos,
sonrío.

viernes, marzo 16, 2018

Viva el sereno



El serenazgo. Según Martha Hildebrandt, sereno en Perú y Bolivia es un "vigilante diurno o nocturno encargado de cooperar con los vecinos y ponerlos en relación con la policía en caso necesario"(1). Aquí una definición extensa según la Municipalidad de Lima (2).


Hoy regresaba a casa de una reunión de trabajo y me sorprendió ver una extraña comitiva de fiscalizadores de tránsito, serenos, policías y curiosos. Inmediatamente pensé en una fatalidad, así que me aproximé lo más rápido que pude. Cuando pude divisar más, me tranquilicé, puesto que vi que en realidad se trataba de una intervención de tránsito.


Me acerqué a preguntar a un grupo de uniformados de azul con chalecos amarillos: los serenos, y cuando me enteré de los hechos respaldé su trabajo. El objeto de la intervención: el auto del policía, Suboficial Poma Orita, sin placa delantera, había invadido parte de la vereda, estaba estacionado pésimo, con parte del bólido dando a la pista y en propiedad privada. Todo ello, por supuesto, vulnera diversos puntos del Reglamento Nacional de Tránsito(3). Como si no fuera suficiente, el mal efectivo se resistía al accionar de los serenos. Ya había llamado a dos compañeros gendarmes, que, lejos de hacer justicia, estaban tratando de retrasar la intervención para apoyar al compañero en percance.


El suboficial intentaba llamar por teléfono celular a otros efectivos, ¿acaso de mayor grado?, puesto que los dos que habían acudido en su rescate poco podían hacer frente a los argumentos de los fiscalizadores, y a mí, que estuve registrando en vídeo y en fotografías el incidente, por si acaso, para recolectar evidencia en favor de los mencionados serenos. El suboficial in fraganti intentaba conseguir ayuda para evitar el remolque de su vehículo.


Una vez cerrada la calle y con la grúa llevándose el vehículo, aplaudí en solitario a este pequeño grupo de gente que solo está motivada por hacer su trabajo, cumplir su función, por molesta que resulte. Pobres los serenos, su chamba es difícil. Tienen una responsabilidad, pero no la autoridad necesaria. Frecuentemente chocan con policías y civiles que, amparados en su poder o contactos, los ignoran, maltratan e inclusive los amenazan. Uno de los serenos me comentó que esto es moneda corriente en su diario accionar como serenazgo en San Isidro. Policías que creen que porque tienen uniforme están por encima de la ley que ellos mismos juraron proteger.


Después nos preguntamos: ¿Por qué nadie respeta las normas de tránsito? Policías como éste tienen parte de la culpa. La sensación de anomia social y colectiva encuentra justificación y raíz en la imagen negativa de la autoridad que, pese a tener el encargo de salvaguardar el orden, en la práctica se comporta con el peor de los ejemplos, y por tanto, es percibida como corrupta, impune y abusiva. Tal es uno de los razonamientos para lo que Fernández-Dols llama la "norma perversa" (1992)(4).


Para graduarme en Psicología Social, hace varios años, sustenté una tesis acerca de la transgresión de las normas de tránsito, uno de los autores en que basé mi marco teórico de referencia fue justamente Fernández Dols y su norma perversa. Una norma perversa es una norma social explícita, y sujeta a sanciones, que no es respetada. Como lo que ocurre con el RNT y el comportamiento de los conductores. Fernández-Dols, además, hacía referencia a que cuando el fiscalizador es percibido como infractor, abusivo o corrupto, refuerza el comportamiento transgresor de los subordinados, e incluso un comportamiento cínico de revanchismo. Un ejemplo de este revanchismo cínico puede verse en Rostros Criollos del Mal (Portocarrero, 2004) (aquí una breve reseña del libro completo)(5).

Mientras tomaba fotos y daba mensajes de aliento a los serenos, que parecía que se daban ánimos a sí mismos mientras se quejaban conmigo de la impunidad de los policías, les mencioné uno de los datos interesantes de mi tesis de licenciatura (6): El 25% de mis entrevistados señalaba a los policías como uno de los principales responsables en el problema del tránsito en Lima Metropolitana.


Quizás las palmas no sean la mejor recompensa, pero al menos les causó alegría en medio del disgusto. También aproveché para recomendarles la película "3 anuncios por un crimen", en el que la protagonista tiene una tirante relación con los policías de su pueblo en Ebbing, Missouri. La actuación de estos serenos me hizo acordar al comisario de recambio, que le dijo a la protagonista: "No todos somos el enemigo". Y claro está, cuando las autoridades hacen bien su trabajo no son el enemigo.


Yo pasaba por ahí, tenía hambre y deseos de ir al baño. Bien pude pasarme de frente. Sin embargo, me tomé el tiempo de indagar y de tomar una decisión: apoyar una causa justa. Sancionar aquello que debe ser sancionado. Recuperemos nuestra capacidad de indignación. Denunciemos lo denunciable, y actuemos cuando podamos hacerlo, y sobre todo cuando debamos hacerlo. Dice Alicia Maguiña en su clásico vals: Viva el Perú, y sereno. De vez en cuando, pensemos también en estos buenos serenos, y démosle vivas.

Notas:
1. Hildebrandt, M. El Comercio, Versión en línea del 15 de febrero de 2011. Tomado el 16.03.18 desde: http://archivo.elcomercio.pe/sociedad/lima/significado-palabraserenazgo-martha-hildebrandt-noticia-713987
2. Municipalidad de Lima. Qué es el Serenazgo. Tomado el 16.03.18 desde: http://www.munlima.gob.pe/programas/seguridad/serenazgo-de-lima
3. Reglamento Nacional de Tránsito. Descargar desde: http://transparencia.mtc.gob.pe/idm_docs/normas_legales/1_1_56.pdf.
4. Fernández-Dols, JM. (1992). Norma perversa. Descargar desde: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/111773.pdf
5. Portocarrero, G. (2004). Rostros Criollos del Mal. Una breve reseña del libro en: http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/anthropologica/article/download/1040/1003.
6. Delgado, J. (2013). Mecanismos Atribucionales de Transgresión de las Normas de Tránsito en taxistas limeños. Tesis para optar por el título de licenciado en Psicología Social. Lima, PUCP. Puede ser descargada de: http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/handle/123456789/5101

miércoles, marzo 14, 2018

Gracias por tanto, Stephen


Stephen Hawking experimentando la ingravidez, el 27 de abril de 2004.



El 22 de junio de 1986 Victor Hugo Morales hizo el relato más apasionante de narración de un gol que se haya escuchado, un gol que probablemente fue el mejor de la historia. Antes le había gritado "genio, genio, genio" luego de superar al cuarto o quinto rival consecutivo, pero cuando superó la línea del área chica, y sacó el remate al segundo palo espetó: "Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?". Se preguntaba, llorando, el periodista argentino, cuando el pequeño pero muy habilidoso Maradona gambeteó medio equipo inglés y anotó el gol de la historia de los mundiales.


Hoy se fue un habilidoso, no argentino sino inglés, no del campo de juego, sino del campo sideral, nada barrilete, pero muy "cósmico", y muy "de otro planeta", que supo gambetear una terrible enfermedad degenerativa que le daba un pronóstico de 2 años a sus ya muy promisorios 21, y que nos otorgó más de 50 años de trabajo, temple y dedicación inigualable. Uno de los más renombrados genios de nuestro tiempo, acaso el más grande e importante desde Einstein en lo que astronomía, astrofísica y cosmología se refiere, fue también un campeón de la comprensión de los agujeros negros, conjeturando que estos podrían generar un tipo de radiación que hoy lleva su nombre.


Pero también fue un campeón de la divulgación científica. Best seller con Breve Historia del Tiempo, realizó más de 15 publicaciones de renombre mundial, fue galardonado más de 20 veces en las más prestigiosas universidades y academias de ciencia del mundo, y ha sido apodado el "historiador del tiempo".
Incursionó junto a su hija Lucy Hawking en la literatura infantil para despertar en los niños el amor por la ciencia con obras como "La clave secreta del universo" y "El tesoro cósmico", entre otras.


Ha aparecido infinidad de veces en diversas series, documentales, eventos y películas, y ha gozado del prestigo y reconocimiento que se merece de diversas autoridades y personalidades en todo el orbe. Y también experimentó la ingravidez. Fue el 27 de abril de 2004, tras culminar un viaje de 2 horas en un Boing 727.
Su figura es conocida en todo el mundo, y hoy por fin, quizás, también, su legado será conocido, por esta costumbre tan nuestra y humana de recordar lo que ya se perdió para siempre.


Ha denunciado los peligros del cambio climático en el medio ambiente y no ha sido ajeno a la crítica política: criticando, por ejemplo, más de una vez el populismo anticientífico de Trump en medios de prensa ingleses y de todo el mundo. También se ha ganado la antipatía de diversos religiosos por sus opiniones sobre la religión y su ateísmo.

Hoy Stephen, el agujero negro más masivo es tu partida, la lobreguez de tu ausencia. Sabía que este momento llegaría, pero no me imaginé que tan pronto. El golpe ha sido hondo y seco, como cuando muere alguien muy cercano. Hay tantas frases tuyas que no sé cuál merece más la pena acotar aquí, pero me quedo con esta: "Solo somos una raza de primates en un planeta menor de una estrella ordinaria, pero podemos entender el universo. Eso nos hace especiales". Gracias por tanto, profesor.