viernes, abril 30, 2021

Reseña: Ojos que no ven (2003)

 


Ojos que no ven es una película peruana del año 2003, dirigida por Francisco Lombardi, y protagonizada por una constelación de actores peruanos de la época o que destcarían en los siguientes años, entre ellos Gianfranco Brero, Gustavo Bueno, Paul Vega, Carlos Gassols, Miguel Iza, Carlos Alcántara, Melania Urbina, Patricia Pereyra, Tatiana Astengo, Jorge Rodríguez Paz, Karina Calmet, Jackelin Vásquez, Sandro Calderón, Mávila Huertas, Liliana Trujillo, Ricardo Mejía, Norka Ramírez, Pietro Sibille, Aldo Miyashiro, Ricardo Morán, entre otros.

Ambientada en setiembre del año 2000, durante la cresta de la crisis de corrupción del gobierno de Alberto Fujimori, ocasionada por la divulgación de un vídeo en el que Vladimiro Montesinos, jefe del Servicio de Inteligencia y asesor del presidente Alberto Fujimori, compraba los "servicios" de un congresista de la oposición. Fue el punto de partida que permitió develar el monstruoso aparato de corrupción que alcanzaba a jueces, fiscales, militares, empresarios, políticos, dueños de canales de TV y periódicos, a quienes Montesinos en su afán de perpetuar el poder del gobierno, grababa con cámaras escondidas mientras negociaban "arreglos económicos". La difusión de ese primer vídeo generó un escándalo público que propició la caída del régimen y el descubrimiento de una red de corrupción que alcanzaba dimensiones jamás vistas.

Se trata de una película que denuncia la hipocresía, el oportunismo y la corrupción del poder político a través de su reflejo en las vidas de distintos personajes a través de seis historias diferentes pero paralelas. No es un film político en sí, sino que la política es el contexto en el que se narran historias, cuyos personajes sí tienen algún vínculo con lo que sucede a su alrededor. No es una película sobre Montesinos o sobre Fujimori, sino sobre seres humanos que de una u otra manera se ven afectados por las cosas que están pasando a su alrededor. Lombardi cuenta la descomposición moral que atravesó todas las clases y generaciones de la sociedad peruana.

«Sabes que eso no lo podemos decir». Esta frase soltada por el productor de un noticiero (Hugo Salazar) a Gonzalo (Paul Vega), el conductor estrella, en alusión al manso silencio que los medios consagraban al régimen fujimorista, marca la pauta global que impera en “Ojos que no ven”, duodécimo largometraje del prolífico Francisco Lombardi y, acaso, una de sus mejores películas. Lombardi exhibe a una sociedad maniatada por la corrupción de la dictadura de los noventas, imposibilitada de actuar y de redimirse ante su pasado en sus más diversos estratos: prensa, militares, policías, poder judicial, etc. Culpas y laberintos sin salida atacan a los personajes desde el arranque y afectan sus destinos. 

Hoy, 30 de abril de 2021, por el Día del Psicólogo Peruano, y en el marco de la coyuntura política actual pre-segunda vuelta electoral en medio de la pandemia más perniciosa de nuestra historia, Lima Cinema Group organiza la proyección y conversatorio de esta película, con la participación, como invitado, del destacado Dr. Agustín Espinosa, experto en Psicología Política y Psicología Social de la Pontificia Universidad Católica del Perú. LimaCinemaGroup #EnCasa #Conversatorio #Cineforo #CinePeruano #PsicologíaPolítica #PolíticaPeruana #Elecciones2021

La proyección se realizará 7pm en zoom y el conversatorio será transmitido apenas acabe la película, aproximadamente 9:30pm en Facebook vía streamyard. Si deseas participar, ingresa al zoom: https://us02web.zoom.us/j/6067806624




jueves, abril 29, 2021

Reseña: La Muralla Verde



La muralla verde es una película peruana de 1970 dirigida por Armando Robles Godoy.

La película ganó el Premio Golden Hugo en el Festival Internacional de Cine de Chicago en 1970 y fue candidata peruana al Óscar a la mejor película de habla no inglesa en los Premios Óscar de 1969, pero no fue aceptado como nominada. 

La película narra la historia de Mario, un hombre que lucha por obtener un lote de terreno agrícola en la selva, cerca de la ciudad de Tingo María, con el fin de radicarse allí junto a su familia para dedicarse al trabajo de colonización. 

A más de 50 años de su estreno, según diversos críticos, es la mejor película peruana de aquellas que pocos conocen.

La "Muralla Verde" parece hacer referencia a dos cosas: por un lado la naturaleza indomable a la que se enfrentan los colonos; y por otro, la burocracia, que representa el sentido autobiográfico del filme.

Lamentablemente la crítica local de la época no aprobó la película, pues la consideró fría y pretenciosa. En contraste, la crítica internacional la vio con otros ojos. En palabras del afamado crítico de cine Roger Ebert: “La Muralla Verde es hermosa de muchas maneras diferentes, en su historia, su fotografía, en la construcción de sus imágenes, No parece simplemente una película sino una afirmación de la vida. No hay una nota desafinada en ella, nada que mienta o que sea un truco, y nos recuerda a Ladrón de Bicicletas o El Niño Salvaje”.

Recién en 2005, la revista peruana de Cine Godard! situó a "La Muralla Verde" a la vanguardia de la lista de 'Películas Peruanas que importan'. Este rescate de la película más personal de Armando Robles Godoy, hijo del célebre compositor Daniel Alomía Robles, creador de El Condor Pasa, fue el único homenaje que recibiera el cineaste en vida. 

Hoy, 29 de abril de 2021, Lima Cinema Group le rinde un pequeño homenaje a Armando Robles Godoy proyectando la película y organizando un conversatorio con la participación de Jackeline Silva, abogada con estudios de postgrado en planificación y gestión urbana y regional, estudios en planificación y gestión medioambiental. 

Esta nota es una adaptación de un artículo publicado en El Comercio por Oscar García, del 17 de julio de 2020, tras celebrarse los 50 años del estreno del filme.

Esta nota fue publicada originalmente en el Blog: Lima Cinema Group. 

jueves, abril 15, 2021

Lecciones de simplicidad del Tío Iván para un mundo afiebrado



Para escribir estas líneas, pongo algo de Duke Ellington, uno de sus compositores favoritos. Los compases de guitarra y batería son superados por una espectacular trompeta que quiebra con gracia.

La pandemia nos arrebató a mi tío Iván Taboada Vives hace pocos días. Un hombre bondadoso, afable, algo ensimismado, pero siempre sonriente. Estaba cerca de los 80 años, había sido abogado de oficio en la ciudad de Trujillo. Quinto de siete hermanos, era amable y respetuoso, de buen carácter y algo tímido. Soltero, vivió muchos años junto a su hermana María del Pilar. Modesto, casi austero en el vestir, era capaz de vivir con poco, pero podía darse licencia eventual a ciertos antojos, como las comidas y los juegos de azar.

Sus visitas a Lima eran esperadas en casa porque siempre venía a manos llenas: fiambres, embutidos, dulces, gaseosas. Su detalle característico era el pan baguette: si había pan baguette en la casa era muy probable que el tío Iván había venido de visita desde Trujillo. Y eso significaba desprendimiento, abundancia, buen gusto y buena conversación.

Venía ocasionalmente, en vacaciones o para fiestas de guardar, y de paso para darse alguno que otro gusto pues le gustaba mucho comer y comprarse libros o discos. Nunca cuidó mucho su salud. Era muy culto y recomendaba siempre algún buen libro recién salido o más bien libros de viejo de su gran pasión: las guerras mundiales. 

Gustaba del jazz, leer el periódico con inusitada fruición (podía pasarse horas hasta acabar de corrido los periódicos del fin de semana) y de tertulias interminables sobre actualidad política, historia o jazz. Su compañía era aquietada y relajada, valoraba los silencios, aunque a veces los rompía con preguntas sobre sus temas de interés. 

Recuerdo con nostalgia cuando viajaba a Trujillo y los fines de semana pasaba las tardes con él, conversando, resolviendo geniogramas o simplemente sentados en la terraza de la casa de la Tía Esperanza, disfrutando de la brisa huanchaquera.  Una pena no poder despedirlo físicamente en esta coyuntura enrarecida. 

El dueto de saxofón y xilófono de Sunswep Sunday entra en reposo y luego silencio. Qué bien suena Duke, tío. Te llevaré conmigo en el disfrute de los pequeños momentos y placeres de la vida. Era tan simple tu filosofía. Con poco eras feliz. Lección de simplicidad  y serenidad para un mundo afiebrado, catártico, insomne.