sábado, septiembre 05, 2009

Suspiros a la limeña

Estaba esperando a alguien a quien en realidad parece que no debo esperar, a la que además me estoy cansando de esperar, y a la que probablemente me cansaré de esperar en algún momento. Me sostenía meditabundo sobre el asfalto de una calleja, concentrado en la radio, hasta que de pronto me dejé llevar por la calle y anclé en una esquina; era una panadería.
Haciendo tiempo, observé los detalles de los postres, y me hizo ojitos un Suspiro a la limeña, con sus ribetes blancos y su pomareado contorno canelita. Le dije a la chica de la caja que quería un Suspiro a la limeña y una chicha para bajarla, por si me empalagaba. Pagué. Acto seguido, fui donde la otra señorita, la que atendía, y le repetí mi pedido. La segunda señorita, muy coqueta ella, suspiró cuando le pedí un Suspiro, a lo que rápidamente, acoté sonriente: "qué suerte, me salió gratis un suspiro". Lo que dije encandiló a la mesera, quien me regaló una sonrisa de aquellas.
Dos minutos después, mientras me ponía cómodo en una de las mesas de la panadería, vino la señorita con mi pedido, y mientras limpiaba la mesa, dejó caer una botella. Se sonrojó; le sonreí, clavados los ojos en ella. Finalmente, y para fastidiarla, hice yo otro suspiro. Me miró sonriente mientras se alejaba. Fue un Suspiro -el dulce- muy agradable, como también fue agradable saber que en esta espera que desespera, no debo esperar tanto, y que hay otras esperas que pueden no esperarse, o que, sin necesariamente esperar, puedo recibir algo, sin tanto suspiro por ella.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces la espera vale la pena. Sin embargo, como dice un amigo, cuando algo dentro de ti te dice que no tendrá buen término entonces es mejor ...

suerte!

Chema dijo...

Entonces es mejor? o es mejor qué?

Anónimo dijo...

Eso tú lo sabes.

Chema dijo...

Entonces el tiempo lo dirá, porque son ambas cosas.

Anónimo dijo...

Parece que en est historia hay más de dos personas. Ojalá no te canses de esperar y no se cansen de esperarte...

hasta pronto.

Chema dijo...

No hay más de dos. Lo que sucede es que uno puede y tiene el derecho de cansarse. O de decir protesto, por qué tengo que esperar.