A pesar de nombrar las siguientes observaciones con respecto al coloquio anterior:
- El requisito para solicitar el certificado de asistencia bajó de 12 a 10 sellos, lo cual no necesariamente implica un bajón en las ponencias ni en la calidad de las mismas, pero sí un número reducido de las mismas con respecto a la pasada temporada.
- El tema central, si bien es cierto es importante, no fue tan llamativo con respecto al 2004.
- Si bien es cierto el año pasado el Coloquio fue realmente notable y gozó de una asistencia total, este no se quedó atrás: no fue tan brillante como el año pasado, pero no desentonó.
creo que ha sido un gran coloquio el que nos brindaron nuestros compañeros de ciclos avanzados. Agradezco, por tanto, a los organizadores por llevar a cabo el mismo. Cabe resaltar que esta es una interpretación muy subjetiva, además de que, por motivos académicos, no pude asistir a la totalidad del coloquio, así que mi opinión seguramente será parcialmente válida.
Lo más importante a resaltar aquí creo, es esa invitación a especialistas de distintas disciplinas a participar del coloquio, entre los que contamos literatos, antropólogos, sociólogos, psicoanalistas, economistas y comunicadores, entre otros. Y no solo eso, sino también esa apertura a debatir, consensuar y desarrollar temas de interés nacional, de preocupación patriótica y actualidad. Ya pasaron esos tiempos en los que cada especialista trabajaba por su lado, se cerraba en lo suyo y no tomaba en cuenta las opiniones, sugerencias, métodos, posturas, ópticas perspectivas distintas. Los psicólogos, pues, somos conscientes de la realidad nacional, y planteamos desde nuestro rubro, alternativas, hipótesis y propuestas para consolidar una nación cohesionada, unificada, con identidad, problema central en nuestra época. Para esto, contamos con el apoyo -ya lo sugerimos- de distintos especialistas. Hay que rescatar este trabajo conjunto, un reto que nos exige la modernidad y el desarrollo: todos juntos por el Perú.
Resaltaron, creo yo, justamente, aquellos trabajos expuestos por alumnos de otras especialidades, quienes, conjuntamente con nosotros, desarrollaron temas psicológicos -ya expuse dos ejemplos, los dos post anteriores, uno hecho por una alumna de antropología, el otro por uno de literatura-. Esto sin desmerecer las ponencias de nuestros colegas, las cuales fueron notables, también: entre ellas Creencias, afrontamiento y vivencia subjetiva de la menopausia en mujeres postmenopáusicas de NSE B de Lima; el Proyecto Minka Ayacucho. Intervención clínico-comunitaria en provincias -que contaba con la participación de dos jóvenes estudiantes de Cayetano Heredia y la Universidad del Pacífico, además de un estudiante de psicología de la PUCP-, entre otros.
En la clausura, un emotivo Krzystof Makowski, quien además es arqueólogo, resaltó lo antes ya mencionado.
- El requisito para solicitar el certificado de asistencia bajó de 12 a 10 sellos, lo cual no necesariamente implica un bajón en las ponencias ni en la calidad de las mismas, pero sí un número reducido de las mismas con respecto a la pasada temporada.
- El tema central, si bien es cierto es importante, no fue tan llamativo con respecto al 2004.
- Si bien es cierto el año pasado el Coloquio fue realmente notable y gozó de una asistencia total, este no se quedó atrás: no fue tan brillante como el año pasado, pero no desentonó.
creo que ha sido un gran coloquio el que nos brindaron nuestros compañeros de ciclos avanzados. Agradezco, por tanto, a los organizadores por llevar a cabo el mismo. Cabe resaltar que esta es una interpretación muy subjetiva, además de que, por motivos académicos, no pude asistir a la totalidad del coloquio, así que mi opinión seguramente será parcialmente válida.
Lo más importante a resaltar aquí creo, es esa invitación a especialistas de distintas disciplinas a participar del coloquio, entre los que contamos literatos, antropólogos, sociólogos, psicoanalistas, economistas y comunicadores, entre otros. Y no solo eso, sino también esa apertura a debatir, consensuar y desarrollar temas de interés nacional, de preocupación patriótica y actualidad. Ya pasaron esos tiempos en los que cada especialista trabajaba por su lado, se cerraba en lo suyo y no tomaba en cuenta las opiniones, sugerencias, métodos, posturas, ópticas perspectivas distintas. Los psicólogos, pues, somos conscientes de la realidad nacional, y planteamos desde nuestro rubro, alternativas, hipótesis y propuestas para consolidar una nación cohesionada, unificada, con identidad, problema central en nuestra época. Para esto, contamos con el apoyo -ya lo sugerimos- de distintos especialistas. Hay que rescatar este trabajo conjunto, un reto que nos exige la modernidad y el desarrollo: todos juntos por el Perú.
Resaltaron, creo yo, justamente, aquellos trabajos expuestos por alumnos de otras especialidades, quienes, conjuntamente con nosotros, desarrollaron temas psicológicos -ya expuse dos ejemplos, los dos post anteriores, uno hecho por una alumna de antropología, el otro por uno de literatura-. Esto sin desmerecer las ponencias de nuestros colegas, las cuales fueron notables, también: entre ellas Creencias, afrontamiento y vivencia subjetiva de la menopausia en mujeres postmenopáusicas de NSE B de Lima; el Proyecto Minka Ayacucho. Intervención clínico-comunitaria en provincias -que contaba con la participación de dos jóvenes estudiantes de Cayetano Heredia y la Universidad del Pacífico, además de un estudiante de psicología de la PUCP-, entre otros.
En la clausura, un emotivo Krzystof Makowski, quien además es arqueólogo, resaltó lo antes ya mencionado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario