miércoles, noviembre 02, 2005

Supr



Curioso. Simple. Dramáticamente fugaz.

Con un sólo botón se puede cambiar el curso de la historia, como lo demostró el Enola Gay en su fatídica misión Hiroshima-Nagasaki del 6 de Agosto de 1945. Con un botón se puede ganar una guerra, erradicar pueblos, miles de personas.

También eliminar recuerdos. También comenzar de nuevo, de cero. En blanco.

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