Maravilla. Machu Picchu, del Perú para el Mundo.
Hoy es el día, muchachos. Hemos tenido todos la oportunidad de ver y de votar por nuestra gran maravilla, la misma que según todos los pronósticos y las percepciones de los sabihondos, entendidos, visitantes y naturales debiera estar sin lugar a dudas en el podio de los siete grandes, qué va, incluso, como el máximo exponente de las maravillas mundiales. Porque Machu Picchu no solo es una enigmática joya arquitectónica que se mantuvo inaccesible, inexpugnable a los ojos de propios y extraños, hasta que un esforzado aventurero com fue Hiram Bingham quedó lo suficientemente absorto como para gritarle al mundo lo que se había perdido admirar desde tiempos legendarios. Porque no solo se trata de una improbable construcción de piezas geométricas perfectamente encajadas que conforman torreones, pasadizos y niveles que comprenden varios cientros de metros y a la vez se adaptan a la compleja geografía y se mimetizan con el ambiente tropical, conjungando una imagen imponente.
Machu Picchu desplega, irradia, introyecta misticismo. Cuando uno pisa y se siente parte de esa monumental estructura, el aire se apresta distinto, le entra al cuerpo una sensación estupefacta, se conmuta el pasado con el presente y uno siente la fuerza presencial y espiritual de antaño. Ahí es cuando uno empieza a reconocer la grandeza inconmensurable de la obra. Entonces temblamos, callamos, respiramos y miramos. Entonces abrazamos a nuestros compañeros de viaje y sabemos que no olvidaremos jamás que estuvimos también allí.
Esperemos, pues, que se dé la lógica y la justicia de los merecimientos, y no aquella acostumbrada práctica que conllevó a incluir a última hora a candidatos improbables como la Estatua de la Libertad; esperemos que éste y otros candidatos de peso más bien monetario y politico y no cultural no mancillen la elección de la mística ciudadela perdida, la misma que ni siquiera debería rebajarse a ser comparada con expresiones culturales de menor envergadura, pero que en fin también compiten en esta justa. Kausachum, Machu Picchu. Salve, ciudadela perdida, joya de américa, maravilla del mundo, patrimonio cultural de la humanidad.
3 comentarios:
Considero que Machu Picchu está a la altura de la Gran Muralla China y las Pirámides de Giza. De ahí vendrían Chichen Itzá y el gran resto. Hay algunos candidatos que no tienen nada qué hacer ahí.
Ahora que ya se conocen los resultados, según esta elección, la Acrópolis griega es menos maravillosa que el Cristo paulista. Tamaña tontería, ¿no?
Justamente uno de los que consideraba que nada tenían qué hacer en la competición era el Cristo de Corcovado.
Es algo simbólico, ¿manyas? Machu Picchu no es más ahora que antes, y habríamos de ser imbéciles para pensar así. Simplemente, ahora vamos a tener más turistas, más apoyo e inversión. Más ojos sobre nosotros. Eso es expectante. Sobre lo que dices... finalmente es la gente la que elige, ¿o no? ¿La gente es inteligente? No, ¿entonces por qué mirarle los tres pies al gato?
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