Las jornadas del coloquio nos juntaron por primera vez, hoy, un día como cualquier otro. Tu rostro no me era conocido, aunque te respondí la sonrisa casi instantáneamente. Los minutos pasaban, las ponencias y las horas. La gente se iba retirando, y otras caras iban apareciendo. Y sin embargo tu presencia resaltaba cada vez más. Pasé seis horas contigo, muy cerca, pero ni supe tu nombre ni te conversé mirándote a la cara. En otros tiempos, hubiera aprovechado cualquier momento para abordarte, pero quién sabe qué sucede conmigo. No es una queja, ni tampoco un lamento. Después de todo, la gordura que hoy cubre mi apariencia la escogí yo mismo como un escape a nuevas situaciones afines, ensimismado, retraido, compungido. Y es que el desamor modifica, retrae, inhibe, desanima, descreifica. Pero por supuesto, cómo ibas tú a saber eso. Qué culpa tenías dello. Ninguna, lo siento.
Hoy se me presentaron varias oportunidades de hablarte, de entablar conversación. Y tú me mandaste varias señales, como diciendo ya pues, de ti depende; tampoco podías hacer más. Sonrisas, miradas, pequeños diálogos sin mirarnos a los ojos, frases entrecortadas, palabras temerosas, manos temblorosas, muecas sibilantes. Y no, no es que estaba desinteresado. Me gustaron tus esponjados cabellos acaramelados, tus cejas, tus ojos, tu sonrisa de interés. Eres muy bonita. Me agradó percibir ese bichito dentro, esa corazonada; pero entiende que los años van cerrando, adiestrando, aleccionándolo a uno, asentándolo, conteniéndolo. No siempre, hay veces que no hay control que valga, pero normalmente sucede. Y así fue hoy. Lo siento si te decepcioné. Lo siento si mañana ya no te encuentro más.
Te devolví las sonrisas, te devolví las miradas. Me contagiaste esos temblores de rodillas. Cruzamos los ojos. Era notorio, no había duda. Y cuando uno de los ponentes señaló el amor a primera vista, pateaste mi butaca, buscándome los ojos. Era evidente. No, tu problema en la pierna no tiene nada que ver; la muleta no me representa ningún impedimento; ni se te ocurra pensar que fue discriminación. Si sí te miraba, si sí te respondía, si no te era indiferente.
Es cierto. No puedo explicar por qué no me avalancé sin pensar en las palabras que dijera, como tantas veces lo hice en el pasado. Contuve ciertos pensamientos, ciertas sonseras que me pasaban por la cabeza. Atiné a sonreir, suspirar y caminar con las manos en los bolsillos, una vez que los asistentes se retiraban. En la mesa de los sellos, apareciste detrás de mí y, a mi lado, registraste tu presencia. Miré para otro lado, temeroso, pero no de ti. Te encontré de nuevo en la cafeta y estabas custodiada por unas amigas. Me miraste ya con otros ojos, como sin brillo, como sin color, como si la ventana de oportunidad ya hubiera pasado, como si ya se hubieran terminado las entradas a tu función, como si ya hubiera partido el tren que esperabas con ansias.
Antes, estaba acostumbrado a hacer cosas sin pensar, siguiendo corazonadas destilando toda mi espontaneidad. Ahora dejo de hacer cosas. Quizás no vuelva a verte, quizás nunca más te encuentre, y mírame aquí, escribiéndote. Qué absurdo, ¿no? A veces uno deja de hacer cosas con esa misma imprevisibilidad con la que las hacía. ¿Será que debo seguir confiando en esas corazonadas, pese a las inhibiciones propias de las arrugas que van apareciendo, de las canas y ya no la única cana que tenía en la cabeza? Será, pues.
Espero verte de nuevo mañana. Quizá, si el destino así lo quiere, será distinto. Sino, despreocúpate, ya vendrá alguien que, sin tanta alharaca, correrá el riesgo que yo dejé pasar. ¡Qué miedo es este, quisiera saber!
13 comentarios:
curioso que alguien que se describe con algunas arrugas, y ciertas canas, (algo atípico para un chico de 21 años), muestre una actitud tan inmadura como la que narras, y claro, no hay que echarle la culpa a la gordura, ya que, justamente, son los gorditos los que presentan la actitud más entradora de entre todas las demás personas.
Las canas aparecen -serán un par, ya no una sola como hace un tiempo-, pero de ninguna manera son garantía de madurez, al menos no de la madurez psicológica, única madurez verdaderamente importante.
Tampoco le hecho la culpa a la gordura de nada, elegí vestirla como un escudo para mantenerme al margen durante un tiempo, mientras trataba de curar heridas de fantasmas y demonios pasados, es decir, siendo consciente de que esta condición reduciría la frecuencia de situaciones afines a esta. Ahora bien, es cierto que tanto tiempo al margen, uno se inhibe, pierde empuje, arrojo. No renuncia, pues no toma una decisión. Evita.
Tienes una actitud bastante generalizadora y prejuiciosa. ¿Serías capaz de juzgar a una persona por una acción, por un suceso, por un post?
No todos los gorditos son los de la canción de Juan y Juan. Y, aunque la gente que me conoce se inclinaría a asociarme a ese y otros gordos simpaticones -y entradores, cómo no-, pues no siempre uno se comporta de la misma manera. El comportamiento se rige por toda una amalgama de variables de naturalezas dispares y hasta contradictorias. Las influencias que estas ejercen devienen en acciones, sentimientos y comportamientos que no siempre son los que esperamos o queremos, en tanto somos humanos y nos equivocamos, caemos, vivimos. Te invito a darte una vuelta por todo el blog. A ver si la próxima vez no te escudas en el anonimato.
Parece que no has entendido ni el texto ni lo que quise esbozar con él. No importa, tienes todo el derecho a opinar. Aunque tenga la opción para elegir qué comentarios acepto y qué comentarios no, que se me critique no implica que estos sean borrados.
Me gustaría que desarrolles esa idea de que los gorditos presentan la actitud más entradora -si tienes la fuente, compártela-; porque me huele a prejuicio. Pese que a mi comportamiento haya tirado siempre hacia aquello, parece que ahora estoy en una fase ensimismada, introvertida, reflexiva. Y a veces sirve, y mucho. Y otras no tanto.
No iba a contestar, pero debido a un suceso bastante curioso decidí hacerlo, y es que, sentada en una cafeteria en un concurrido shopping de Lima, tenía sentado muy cerca a un chico que no dejaba de sonreirme, pero que a pesar que no di ningún paso en negativa, no se dignó a acercarse, o a entablar una conversación, esa actitud me hizo recordar tu post.
Paso, después de este breve comentario, a responder lasl líneas que escribiste.
Primero, lo de las canas, mi comentario no fue bien interpretado debido a que no me expresé bien. Me resultó absurdo que dijeras que debías seguir tus corazonadas pese a las arrugas y las canas que van apareciendo, hablas como si fueras un tipo de 30, o no, mucho más, 40 años, y cuando vi tu profile sólo tenías 21, yo circulo en la misma década y nunca se me hubiese ocurrido una acotación como esa.
Segundo, el motivo de tu gordura autogenerada si se puede decir así, no sé cuál será ni mucho menos quisiera saberla, sólo sé que la gordura trae consecuencias, y además, no sé como será en los hombres, pero después de un tiempo es muy difícil quitársela. Otro comentario: sigue siendo absurdo descuidar de su cuerpo por situaciones pasadas, heridas de fantasmas y demonio pasados, como tú mismo afrimas.
Tercero, también estás prejuiciándome, diciendo que soy prejuiciosa, valga la redundancia, y valga la risa que me da. Hice un comentario, sobre lo que escribiste, y lo que dije fue la impresión que me llevé en ese momento, eso se puede llamar prejuzgar, pero de qué otro modo uno puede expresarse, ¿para qué tener un blog entonces?, si justamente se trata de eso.
Y yo no prejuzgo por un suceso o una acción, pero si por un post o por cualquier cosa expresada por alguien que no conozco, porque justamente en las palabras se puede dar uno cuenta de la personalidad y otras veces, del carácter de la persona.
No conozco la canción del tal Juan, no soy apegada a la música poco trasmitida o quizás lo es y no me di cuenta.
Por último, ¿qué tiene que ver que me esconda en el anonimato con que vea todo tu blog?. No me pareció neceasario poner mi nombre, porque no me conoces, y porque no tengo un blog como para que puedas conocerme. Pero, para salir del anonimato, te revelo mi nombre: María José, como ya te habrás dado cuenta soy de Lima, y como ya lo mencioné, andamos en la misma base 2.
Además, no me parece necesario tener que desarrollar ninguna idea de nada, mucho menos de un tema tan expuesto en muchos artículos y revistas. No estoy necesitando de proyectos de investigación, como tal parece, tú los necesitas (lo digo por tu último post), y ese tipo de cosas exceden mi campo de estudio. Quizás debas hacer una investigación acerca de cuál es la probabilidad de que personas con cierto peso de más, se comporten como tú, no dudo que te encuentres con situaciones más parecidas a las que yo cito.
Bueno, cuando refiero lo de las canas, es porque bueno, ya no tengo una, sino más de una, lo mismo que con las arrugas, las típicas, ¿no? en la frente, alrededor de los ojos, quizá como muestras del paso del tiempo. Esto no tiene por qué entenderse como que me siento viejo o acabado, o tengo la cabeza llena de canas, o de arrugas; no, no es la idea, sino de que simplemente pasa el tiempo, y uno va alterando -gerundio ambiguo y peligroso- no en el sentido positivo ni negativo, sino que uno va cambiando conforme van pasando los tiempos. Hace un par de años, ya hubiera averiguado su teléfono, su mail y todas esas cojudeces, pero sobre todo, ya hubiera entablado una conversación en la que ciertamente, hubiera dejado de ser una desconocida.
Lo de la gordura autogenerada, es cierto, es como difícil de entenderlo.. de explicarlo también. De que es absurdo, ciertamente, lo es. Pero uno hace cosas absurdas, en tanto vive, en tanto se equivoca, en tanto se es persona -en el sentido románico, que refiere un actor cuyos actos son o buenos o malos-. Renuncias, ensimismamientos, silencios inexplicables. A veces uno se sumerge en ellos, fluctúa.
Sobre la impresión que te llevaste, bueno, tienes razón, es tuya. Está bien que la comentes, pues de hecho sirve, la des o no la des pensando en que traiga consigo aportes. Te hacía la invitación a leer mi blog, es decir, otros posts, porque bueno, es cierto, estos últimos tres los he escrito casi por escribir, autómatamente, pensando muy poco, y ciertamente, con una calidad muy pobre -pues fueron líneas catárquicas-, y no es como usualmente escribo. Por ahí iba la idea. Ahora, por supuesto, ya depende de ti si te das el paseo por el blog o no. Por la impresión que te llevaste, seguramente 'ahí nomás, causita'.
Finalmente, en cuanto a lo del anomimato, pues en verdad hay una diferencia entre "Anónimo said" y "María José said", y no es que reveles tu identidad con ello, sino al adscribir tu nombre, lo que has dicho adquiere cierta 'legitimidad'. (Por supuesto, María José es José María al revés, cuyo apelativo es "Chema" -aunque mi nombre es José Manuel, y ese apelativo también le cae-, lo que no demuestra mucha originalidad, a menos que en serio te llames MJ)
La pregunta es.. ¿por qué tenemos que seguir entrando los hombres? ¿siempre va a ser así? ¿cuál es el fundamento de que así lo sea, o de que todavía lo sea? Es decir, también podemos estar en una suerte de 'fase melancólico-escéptica' en la que simplemente hay un miedo, una contención, un bloqueo que no nos hace entrar, al menos con convicción. Y no por eso vamos a ser tontos, malos, egoístas. Tímidos sí, posiblemente, aunque no exclusivamente. Afectados, quizá. Escépticos, tal vez. ¿Pero desvalorados por ello? ¿Inmaduros, te parece? Y si la última relación que uno tuvo está todavía muy cercana, y tu emocionalidad todavía lacerada, ¿eso es inmadurez? No lo creo.
Entonces, la mujer espera y nada. O sea, estamos en los tiempos del feminismo, pero se sigue avalando el tradicionalismo -¡qué tal raza!-, y lo que es peor, se reafirma en cosas tan sencillas como esta.
Gracias a la providencia, he conocido mujeres entradoras, pero por supuesto son las menos. ¿Hasta qué punto una mujer dejaría pasar a un hombre que le interesa? ¿Si alguien te interesa, no darías el primer paso? Después de todo, ¿qué relación y qué pareja verdaderas no da el primer paso sin fijarse en si el otro 'está a la par', por decir algo?
Te parecerá cursi, dirás "pero por favor, o sea, primera vez que la ves". Te contesto que varias veces he formado una relación en un día, en un momento, en un mix de casualidad, arrebato y espontaneidad, ciertamente. Para mí, cualquier persona de la calle puede ser potencialmente tu mejor amigo, amiga, amante, pareja, etc. Entonces, en verdad esto puede ser importante, ¿no? Como puede no serlo.
De lo que estoy seguro es que ella debe pensar como tú, y no digo que yo valga la pena ni mucho menos, es más, por la impresión que te llevaste de mí al leer este post, diría que todo lo contrario, ¿no? -y como digo que parece que ella piensa como tú, también debe pensar aquello-.
Si todavía respondes, te pediría que expongas el porqué de considerar al no entrador como inmaduro.
En todo caso, gracias por leer, comentar y responder. Por cierto, puede ser una buena idea la que citas al final como posibilidad de estudio. Te reitero la invitación.
No veo el por qué no responder, me parece interesante esto del blog, recien entro en la nota, en la nueva onda, porque prácticamente vivo desligada de cualquier otro medio de internet que no lleve el nombre de messenger, creo que no es novedad, a muchas personas les pasa.
Antes de responder lo esencial me voy a referir a una parte de tu respuesta, y es el comentario de mi nombre, un poco chistoso porque no me había dado cuenta de que "chema" venía de josé, primera vez que lo escucho, la verdad que amigos con ese nombre no tengo, y por lo que se refiere al mío, nunca me lo han dicho. Si no lo sabes a las María José se les dice Majo, y por razones personales, a mi me gusta que me digan por mi nombre completo y no por reducciones poco atractivas.
Las arrugas y las canas, tema del día y motivo por el cual me animé a escribir el primer comment. De eso sólo tengo que decir que yo no tengo, aunque no lo creas, claro que en mi caso es poco soy un poco menor y parece que no he pasado por tantas cosas que pareciera has pasado.
Me parece bien que asumas que es algo absurdo dejarse llevar, y a esto me refiero por la gordura y además estás en lo cierto que uno a veces comete cosas absurdas en la vida, pero (y aqui viene el revés), cuando se trata de algo que se hace concientemente, y en contra de su propio cuerpo, ya pasa de ser algo absurdo a convertirse en algo totalmente contraproducente, ya pasa, quizás, a un ámbito de baja autoestima, disculpando la acotación, y no es por creerme psicóloga, porque no lo soy ni lo seré, sólo que muchas veces ese es el problema, fuera de cualquier otro que en tu caso parece ser esos fantasmas.
Inmadurez en tu caso, puede ser que no lo sea, pero la mayoría (y no estoy generalizando) suele comportarse como tú lo hiciste, por falta de personalidad o "miedos internos"(que los hombres solitos se los hacen)y eso denota totalmente inmadurez, y no se debe catalogar como "tímido", sino como inmaduro.
¿Por qué seguir con la tradición de "el hombre debe dar el primer paso"?. Quizás, y puede sonar cursi, porque así no se perdería el encanto, o tal vez porque así lo manda la naturaleza, un comentario muy tonto, pero, ¿alguna vez has visto a alguna hembra (me refiero aqui a los animales)cortejando al macho?, sería una aberración, sé no se puede comparar a las personas con los animales, pero por ahi se puede explicar un poco.
Otra razón que muchos hombres alegan, es que de ser la situación al revés, estaríamos afectando su ego. Y la razón que doy yo, y me parece que muchas otras mujeres también la dan, es simple y sencillamente, que para qué hacerle las cosas fáciles.
Lo de "Chema" y "Majo", ambos apelativos refieren al mismo nombre, solo que al revés. No es que 'Chema' le digan a las María Josés, obviamente se les dice 'Majo'. Es a los José Marías o José Manueles -mi caso-, que se les dice 'Chema'. Parece que en verdad es tu nombre, ¿no? Y parece que no te gustan los diminutivos, entonces, María José, mucho gusto -Ironicé pensando que ibas a seguir en el anonimato invirtiendo mi nombre, mas descuida-.
Que sea consciente no implica que sea patológico, pues la patología se diagnostica por diversos factores y criterios -habría que usar el DSM IV-TR, por ejemplo-. Más allá de la baja autoestima, es algo ulterior, distinto, después de todo, al final hay que contextualizarlo todo. En fin, generalizando, puedes tener razón y este ser uno de los factores.
De pequeño quería ser zoólogo, entre otras cosas, porque me enteré de ciertas prácticas totalmente diferentes en los animales, precisamente. Ciertos ofidios, por ejemplo, cambian de color y aparentan ser hembras para confundir a los otros machos para que copulen con ellos, se sacien sin seminizar a las hembras, y sean más bien estos 'travestis' lo que finalmente copulen con las hembras.
Los caballitos de mar machos, por su parte, son los encargados de albergar, dentro de sus pequeños cuerpos, a los huevos que finalmente se convierten en críos, dado que utilizan su abdomen como los canguros, solo que para 20 o 30 caballitos de mar.
Y en las aves, hay varios ejemplos, desde la infidelidad de las hembras de pájaros carpinteros, las cuales tienen relaciones eventuales con machos solteros, mientras el macho 'firme' se queda en el nido cuidando los huevos -es la hembra la que sale en búsqueda de la comida, vaya que se aprovecha dello-; hasta las muchas aves hembras de distintas especies que escogen a sus machos por los colores que exhiben -los pavos reales son los más conocidos-, o por la calidad de nidos que construyen -las lista de ejemplos, aquí, crece, gallitos africanos, japoneses, en fin, se me perdió la enciclopedia del reino animal que leía de pequeño-.
Algo más cercano, en los mamíferos, los chimpancés de ambos sexos son promiscuos, y lo chistoso es que hay chimpancés hembras que reciben comida a cambio de sexo, lo que evidentemente denota cierta noción de la prostitución. Las hienas, por su parte, cuyo clítoris es uno de los más grandes del reino animal, por supuesto, escogen a los machos -y digo en plural porque escogen a varios- con los que copularán.
Como verás, justamente, en la naturaleza, encontramos muchos contraejemplos de lo tradicional en la humanidad.
Ahora bien, lo de que así no se perdería el encanto, puede que tengas razón, pero el encanto es relativo, si te refieres al encanto del momento de conocerse, del abordaje, puede ser -sobre todo si se trata de una persona cursilísima como yo :).-
Créate un blog, es muy sencillo crearlo, y no muy complicado mantenerlo, solo se necesita voluntad, cierta sensibilidad y creatividad, es hasta terapéutico.
¿Cómo podía invertir tu nombre?, recien reaccioné cuando me lo dijiste, claro, que me pude haber dado cuenta por la dirección "anaqueljosema", pero soy muy distraída.
Diagnostic & Statistical Manual for Mental Disorders (DSM-IV-TR), creo que me topé con algún fanático de libros de Psicología o posiblemente con un psicólogo o futuro psicólogo, o psiquiatra, no lo sé. El que sepa el nombre no quiere decir que sepa totalmente de qué se trata, claro, sólo que en la universidad llevé en uno de los ciclos esa materia y oí mencionarlo.
Ahora, refiriéndome a tu tendencia a zoólogo, parece que no entendiste la idea. Algunos ofidios harán eso, pero siguen siendo los machos quienes buscan a las hembras, sólo se hacen pasar por aquéllas porque son vivos, como muchos hombres, que serruchan a otros para quedarse con la chica que les gusta. Lo de los caballitos de mar, antes de que se ponga a criar a los caballitos, ¿quién es el que busca a quién? ¿la hembra caballito o el macho?. Lo de las aves, puede ser que se aprovechen de salir a buscar comida, pero, ¿son esas hembras las que corretean y se ponen alado del macho?o ¿son éstos que viendo a una hembra sola, la buscan?.
Los chimpancés, tú mismo dices que el macho le ofrece comida a la hembra para copular, así que te estás contradiciendo, la idea central es que "ellas" sean las "entradoras", así que sería válido si ellas les ofrecieran comida a los machos. Y lo de las hienas, animales horribles, puede que por ahí esté un contraejemplo.
Pensé en crearme un blog, no me faltará voluntad, pero sí un poco de creatividad, y mucho tiempo. La universidad me quita casi todo el que tengo, incluído mi tiempo de descansar, salvo ahora que me tomo un break, quizá me decida a hacerlo en las vacaciones, quien sabe.
Jaja. Bueno, sí. Estoy estudiando Psicología, aunque voy a Social, el DSM-IV-TR lo utilizo solo para el curso de Psicología Anormal, que es uno de los obligatorios del último ciclo de Psicología General (el 8vo).
Lo de que necesitaba proyectos concretos era para apagar un poco esas ideas de cambiarme a Literatura, Historia, Antropología. Despúes de todo, nunca tomé la decisión de entrar a Psicología, solo seguí lo que me puntaba más alto en los testes vocacionales. Por lo tanto no sé si te has topado con un futuro psicólogo. Puede que sí. En todo caso, si sigo en este campo, iría a Social Comunitaria.
En muchas especies de aves son las hembras las que escogen a sus machos por las cualidades de los mismos, siendo todas ellas contraejemplos. Y los escogen de toda una gama de machos que esperan a las hembras, como si se tratara de una feria en la que las hembras son las invitadas y deambulan aquí y allá viendo qué es lo que más les gusta.
El caso de las hienas es interesante, porque son las hembras las mandamases de la manada, los machos solo tienen -como en el caso de los zánganos- un fin reproductivo. Y no porque sean animales horribles -a mí me parecen interesantes- tienen menor peso como contraejemplo.
Por último, no sé si se tratan de contraejemplos directos, porque finalmente es la mujer quien decide. Si en los animales las hembras escogen a los machos más fuertes, jóvenes, grandes, vigorosos, coloridos, mejores constructores de nidos, etc., las mujeres escogen a los hombres por ciertas 'cualidades', como complexión física, fuerza, atractivo, inteligencia, y cómo no, status social.
Sencillamente, no veo necesario u obligatorio que sea la mujer quien inicie el cortejo. Cuántas parejas se han perdido de esta forma, la mujer esperando indefinidamente que el hombre de el primer paso.. ¿se le puede llamar cobardía? Si lo es es de ambos.
Ahora, claro, es lo común que el hombre se lance, pero lo común no siempre está bien, porque lo común en nuestra sociedad, es también, por ejemplo, transgredir las normas, siendo la transgresión la norma, entonces, eso de que todo el mundo lo hace, o así lo manda la tradición, no está bien necesariamente.
Como dijiste en un anterior comentario, es casi una cuestión de encanto, como de cuentos de hadas, de novelas y telenovelas. Y sí, por ahí puede ir la cosa, pero no por el grado de madurez de los hombres. Sino, donde quedaría esta búsqueda de la equidad tan característica de nuestros tiempos.
Es interesante, por ejemplo, ver los trabajos sobre sexismo benevolente, que es aquel sexismo implícito que se da supuestamente en la caballerosidad, en el trato del hombre hacia la mujer -no creo en ese constructo-. Es interesante ver como las mismas mujeres que dicen que el que les abran la puerta del carro, les ayuden a cargar los bolsos, les regalen rosas, etc. es 'malo' porque va en contra de la equidad, les gusta.
Escribiendo un ensayo de economía desde las 7 de la mañana y respondiendo las contestaciones de blogs, con menos de 3 horas de sueño he descubierto que es el día que más palabras he escrito sobre diferentes temas, y es que es inevitable no responder, es como quedarse callado en una discusión.
Seguimos con la faseta de zoólogo, la verdad, que para poder refutar lo que dices (porque me quedé sin argumentos), voy a tener que ver más los canales de Animal Planet o de la National Geographic.
Pero sí estoy de acuerdo contigo, en el hecho que las mujeres escojemos a los hombres que reúnen ciertas carácterísticas, y mencionaste las más importantes.
Quizá si las mujeres, es decir, la mayoría de las mujeres que no son entradoras, cambiasen de actitud, no se perderían algún buen partido, que tal vez pudo ser el amor de su vida, o por lo menos de un buen tiempo. Pero también tiene algo de negativo, como la mayoría de las cosas en este mundo, y es que pueden ser catalogadas con adjetivos que no vale la pena mencionar, salvo claro, que les toquen hombres con una mente abierta, y que no sean prejuiciosos, cosa que creo en la sociedad limeña, y seguro en el resto, no es algo muy característico de los hombres. Si ya nos referimos a las sociedades europeas, o sin ir muy lejos, la sociedad argentina (europeos exiliados, como muchos dicen), son diferentes, y al parecer eso hace que las mujeres sean más desinhibidas, más sueltas de huesos. Claro, que me responderás (como lo mencionaste anteriormente): "yo he conocido mujeres entradoras", pero como también agregaste, son muy pocas.
Pero, al final de cuentas, ya depende de cada uno, y mucho tienen que ver las circunstancias, no siempre vale la pena ser entrador/a, en cambio, hay algunas, en que más vale quitarse toda la timidez, miedos, etc. y arriesgarse, porque al final de cuentas nadie se ha muerto por decir un :"Hola, ¿qué tal?" y presentarse.
Me olvidaba, no te dejes guiar por esos tests vocacionales, más bien déjate guiar por lo que te guste, y como te quieras ver de aqui hasta que acabes la carrera. Te lo digo, porque en el colegio nos hicieron esos tests y me salía arquitectura o periodista, si más no lo recuerdo, pero mi vida era más apegada a las ciencias económicas, que ya venía de familia.
Interesante como pasamos de puyas a acuerdos.
Por supuesto, sería más sencillo si las mujeres fueran más entradoras y los hombres más abiertos a esas entradas.
En cuanto a seguir lo que me gusta, es lo que intento, la verdad, pero cada vez que pienso en eso me confundo más, porque me gustan tantas cosas. Por el momento he decidido irme los tres meses de verano a Huanchaco, con una mochila llena de libros, a mi depa, a encerrarme y pensar sobre ello.
Gracias por participar en el blog :). Espero que sigas comentando. Hasta otra oportunidad.
Me gustó haber participado, ahora seguiré con los asuntos de una buena economista, sino mi ensayo pasará de ser "Políticas Estabilizadoras" a "Dificultades en las relaciones hombre-mujer".
Un último comentario, ¿te vas a una playa, a encerrarte en un depa?, la verdad que tomas en serio eso de cometer "cosas absurdas" en la vida.
Y otra cosa, ¿qué de bonito tiene el norte?.
Los veranos en el sur son muy buenos, te recomiendo Punta Hermosa y Santa María, exquisitas playas.
Hasta pronto, espero volver a intercambiar ideas cuando me digne a crear mi blog.
Jajajaja. No, lo que pasa es que me voy a tomar el verano para pensar, no para veranear. Además, suelo ir a la playa a las horas más dispares, como 4, 5am o 6pm, tocando mi guitarra a la noche, a las estrellas... conmutándome con el crepúsculo, por algo se llama así este blog.
Hace mucho que colgué las aletas y la bodyboard. Ahora saco un cuaderno y un lápiz.
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