viernes, noviembre 30, 2007

Silbando hasta casa

La felicidad se puede silbar.
Ayer recibí mi primera paga, aunque solo eran los ripios que representan la movilidad por lo del voluntariado en CEDRO. Hoy comí tres helados gratis, al quedarme a la exposición final de mis amigos de Gestión de Recursos Humanos -su trabajo final fue sobre Nestlé, y llevaron un carrito de helados a la clase-. También se me malograron, por fin, esos lentes horribles con los que este año he reivindicado mi condición de nerd. Remeditando sobre todo esto, me regresé silbando hasta casa, por supuesto -no sé por qué siempre que silbo se generan réplicas inmediatamente, y todo el mundo ameniza su recorrido por la acera con simpáticos acompasares; y lo mejor es que siempre que esto sucede se me duplican las ganas de silbar-. Desde luego que mañana comeré mi plato preferido, pollo con piña, el tres en raya perfecto.
¿Se puede pedir más? Yo no. Así se está muy bien.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya que cambiaste tus hábitos y tu metabolismo.

Es siempre muy feliz el día de pago, en mi caso más, porque es un día incierto, como un buen KAS que sale incluso sin ser deseado...

Ya nos veremos por ahí.

Alexandros Demos dijo...

Me gustó lo de condición de nerd...no por ser un "cool" diatríbico, sino por la manera en que lo planteas. Sigue Chema en tus comentarios del día a día, me divierten un montón.

Chema dijo...

Gracias, amigos, por reavivar este alicaído sitio.

Pirulo. Sí, pues, me cansé de la dieta directriz, ahora aplicaré los conceptos aprendidos, dándome gustos cuando así lo crea conveniente. Eso de la paga intermitente, como cualquier "premio" intermitente es un reforzamiento muy fuerte según los métodos conductistas.

Álex. Gracias por visitarme. Sí, bueno, es que estoy harto de esos lentes malditos. El hecho es que me desharé por fin de los mismos.

Gracias muchachos. Un abrazo.