martes, enero 17, 2006

Buena Crema

'Una palabra le da sentido a mi vida'. Las barras de norte y oriente aplauden a rabiar, bengalas rojas, vítores y miles de papelitos bailando en el aire le dan al ambiente jubiloso una mística que se mete no solo en la retina sino en el corazón. Fe, esperanza, pasión en los ojos de miles de seguidores que le rinden homenaje al mejor de la historia nacional.


El espíritu deportivo no solo lo vivimos en cancha al jugar la acostumbrada pichanga de la semana con los amigos en un complejo deportivo, sino que, esta vez, mi padre nos sorprendió a mí, a un par de amigos y a mi hermano con entradas para la presentación oficial de nuestro gran equipo frente al Audax Italiano. Acontinuación, una breve crónica de lo acontecido en el estadio.

Papelitos. Tanto en la presentación de los jugadores como en distintos momentos del encuentro, -sobre todo después de los goles- llovieron papelitos, como comuntando la alegría de los feligreses cremas con el viento, como irradiando la fe de los correligionarios por el equipo de sus amores.

Ambiente. Los palcos, las luces, las pancartas, las barras. Un sentimiento que une a miles de ojos verdes, negros y azules. Una emoción que comparten abuelos, hijos y amigos.

La fiesta deportiva estuvo presente en el Estadio Monumental de Ate desde las 5pm con el partido inaugural de la misma entre la sub-20 de Universitario y un equipo de másters de 'Amigos del Puma'. Nos sorprendió gratamente el todavía prolijo y brillante juego del inacabable ídolo crema Germán Leguía, quien, tras perfecto tiro libre, puso el momentáneo 1-1. Al final, el cuadro benjamín vencería a los tíitos por 2-1 con brillante anotación del ariete izquierdo. Posteriormente, llegaría la presentación de los jugadores, uno a uno, frente al estadio. Aplausos, vítores y cánticos a los viejos conocidos y a los nuevos refuerzos, y pocas pero siempre presentes pifias a las nuevas caras con pasados enemigos, matizaron el ambiente y elevaron la espectativa de los asistentes.

Amado. Más que una pancarta a más que un jugador. Como dice la misma, "jugadores hay muchos, ídolos muy pocos". Siempre en nuestra memoria y en nuestro corazón, Jorge Amado Núnez.

Atención. Los verdaderos hinchas depositan sus ojos en el verde, atentos a cada jugada, a cada movimiento, a la lectura del juego. Claro, no faltan los vítores, los festejos y las molestias por cada jugada perdida, pero se mantiene la llama espectante en sus ojos. Mi hermano y su gorra.

Llegamos comenzado el partido, pero la mística no se había acabado. Los hinchas le daban a los jugadores todo el respaldo que podían transmitirles, todo el aliento que de sus almas exhalaban.
Y aunque el Audax Italiano es ciertamente un equipo de media tabla en el campeonato mapochino, Universitario respondió; con juego soso por momentos, impreciso en otros, pero con amor por la camiseta, con garra, con confianza, con seguridad.

Gol. El refuerzo debutante Alonso introduce el balón en la red. Algarabía en las almas asistentes, pasión desbordante en sus corazones. Comienza un nuevo año de esperanza, de fe, de buenos augurios, renace el sentimiento. El 'Monu', 'La Trinchera', la celebración, el gol, La U, la vida.

Tras una jugada aparentemente finalizada, Alonso cogió el rebote y con la parte externa del botín izquierdo, supo darle la comba suficiente para que el balón ingrese lentamente en la red. Silencio. Miles de ojos observaron atentos, callados. El tiempo parecía detenerse por espasmos, mientras el balón dibujaba la línea divisoria del arco. La expectativa, la respiración se detiene, los latidos se sienten como remozones, entonces uno se levanta y aguarda. El balón ingresa, el silencio termina, la calma que precede a la tempestad feliz le da su relevo a la misma. Nuevamente, uno vive.

Celebración. Sangoy recibió la pelota fuera del área, encaró con personalidad, enganchó con soltura y definió con precisión. Los jugadores se abrazaban. Los asistentes aplaudían. Los hinchas sonreían. Era el 2-0.

Segundo Tiempo. La felicidad no era completa, el juego se tornaba lento y soso por momentos, hasta que una que otra jugada de peligro hacía resonar los cimientos del coloso de Ate. Algunos hinchas cabeceaban, otros miraban como parcialmente satisfechos, otros, poco contentos, observaban cada jugada, como reclamando el momento en que el equipo confirme su valía. El rival no se resignaba pero tampoco atacaba con convicción. Olía a letargo, a sueño, a amistoso. Murmuraciones en las graderías, algunos desviaban la vista hacia los vendedores. Entonces, apareció Sangoy y sentenció el juego con autoridad.

Epílogo. Más que un partido, más que un comienzo, más que un juego. La continuación, la renovación, el reencuentro. El despertar del sentimiento, el renacer de la pasión.

Los mejores parabienes para el mejor. Porque el fútbol no es un deporte, es una expresión de fe. Porque Universitario no es un equipo, sino la garra misma, la vida misma, la razón de ser.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

muy wena cronica del partido....aunke t falto añadir esta frase:
"Si la U jugara en el cielo...yo moriria para poder Vlentarla"
SVlUdos!
Y dale U!

Anónimo dijo...

Siempre es bueno ganar, pero el Audax no me pareció un rival muy exigente, en todo caso, esto recién empieza!!

Dale (U) toda la vida!!!

Anónimo dijo...

Ya viene siendo tiempo de que volvamos sufrir pero para campeonar. En cualquier caso, campeonar frente a cristal,lo que más deseo, como en el '98. Y frente a Chemo. Dios quiera que se nos dé.
Saludos. Ronald P.

Chema dijo...

Gracias por comentar, cremas. Sí, pues, yo tampoco creo que el Audax sea un rival a la altura, lo dije en el post. Sin embargo, también creo que se le ganó bien. De todas formas, esperemos que Sánchez se haga maña para llegar en la mejor de las condiciones al choque del Martes frente al Nacional en Asunción por la ida de la Primera Fase de la Libertadores.
Por otro lado, yo no tengo nada qué reprocharle a Chemo, y no es porque yo sea Chema, jeje. Está trabajando, y vaya que lo está haciendo bien. Está afrontando un nuevo reto en su vida, y para aqueste, no puede dejarse llevar por la emoción de la hinchada. Que dirija a los pavos no significa que lo sea, jajaja. Hay muy pocos que fueron y son tan cremas como él. No olvidemos eso. Confío en que nuestro ídolo regrese a dirigirnos, cuando el tiempo lo desee. Por el momento es nuestro rival, pero no nuestro enemigo. Preocupémonos por nuestros objetivos. Este año huele crema.