miércoles, enero 25, 2006

¿Alma Gemela o Media Naranja?

Naranjas. En este breve escrito reflexionaremos un poco sobre estas frases y lo que significan, así como sus repercusiones en el imaginario e insconciente colectivo de nuestra sociedad.

¿Quién no se ha dejado llevar por los dos paradigmas más conocidos del amor? ¿Quién no ha sufrido por no encontrar al alma gemela; quién no ha llorado por no hallar a su media naranja?
En la búsqueda desesperada por encontrar al compañero ideal, muchos cometemos una serie de errores, motivados por la pulsión más poderosa, la pasión, el obnubilamiento. El más frecuente de todos ellos es, naturalmente, quemar etapas. El buscar desesperadamente la pareja y encontrarla, y luego, darse cuenta, lamentablemente, que no se está preparado para tal compromiso. El caer en formas distorsionadas o inmaduras de relaciones, basadas en la obsesión, el control y los celos. El dejarse abatir por el amor no correspondido y el construir, alienadamente, nuestra felicidad en base a la otra persona y no en nosotros, cayendo en una triste y absurda insatisfacción. Una breve reflexión hará que no confiemos tan a la ligera en estas figuras del imaginario colectivo, facilistas -y erradas, claro está-.


El alma gemela según el renombrado artista Kuramoto, en la Casa de la Cultura, Argentina.

Alma Gemela
Es quizá la más simple y feliz de las relaciones amorosas, dado que, como dice la frasecita clicheística y ultra famosa, se trata del compañero ideal. Garantiza igualdad de pensamiento, un cierto grado de comprensión empática, similitud. Las personas que 'prefieren' esta modalidad de amor encuentran en la otra persona el compañero ideal, porque son como dos gotas de agua en todo sentido. Afrontan los mismos problemas, gozan de las mismas virtudes, comparten los mismos intereses. No son capaces de encontrar defectos en la otra persona, amodorrados por la nebulosa del amor. Hay una ligera sensación de estabilidad, quietud, calma en torno a los matices de la relación: en esta no hay exabruptos, riñas, peleas; no, por lo menos, con frecuencia, dada la afinidad del uno para con el otro. En términos prácticos, es más estable que la relación denominada Media Naranja. Pero cuidado, esto es muy facilista, y al serlo, no deja entrever criterios sutiles pero no por eso poco importantes. Apartándonos un poco, para poder comentar al respecto, advertiremos que el alma gemela es en realidad una proyección de uno mismo, y por tanto una forma asolapada de narcicismo. El ojo crítico, los errores y defectos de uno y de otro, son muchas veces pasados por alto, inadvertidos, y la relación parece no avanzar. Se vuelve chata, monótona, lineal. Esta es, claro, una aproximación muy a la ligera, pero válida. Es importante que nos detengamos a reflexionar sobre ella.


Calcetín. Para algunos, esto es lo que se les viene a la mente cuando les dicen "media naranja". Dejando un poco la ironía, veamos de qué se trata esta concepción popular.

Media Naranja
Potencialmente es la más complicada y difícil de sobrellevar de las relaciones amorosas, dado que implica la "otra mitad", "el complemento", una parte que no es precisamente uno, pero que se sitúa dentro. No son individuos casi opuestos que se atraen como imanes con distintas cargas; son diferentes, sí. Sus actividades, quehaceres y modos de pensar también suelen ser distintos, pero la relación hace que sean complementarios. Las relaciones entre ellos suelen ser turbulentas, atribuladas, desordenadas. Las peleas muy emotivas, biliosas y profundas. La constancia o inconstancia de las mismas depende del grado de evolución de la pareja, claro está. La imprevisibilidad, espontaneidad y capacidad de sorpresa se mantienen vivas a pesar del tiempo, siendo esta una forma de relación muy dinámica, variante. Suele haber un grado de independencia que permite esta suerte. Pero es evidente que, siendo personas distintas, al pelear, los defectos y diferencias sean fácilmente sonsacados. Y entrando un poco más profundo en el tema, tendremos que reconocer que, esa independencia de la que hemos hablado no se da si es que la relación no es madura, y por el contrario, la mutua dependencia en relaciones no desarrolladas, es incluso mayor bajo este paradigma.


[ ¿Son tan dables estos paradigmas? ¿Por qué siempre perseguimos estos modelos? Están tan arraigados que nos limitan la prefiguración, la concepción, la experimentación del amor mismo. El amor no pertenece a la misma dimensión de lo medible, de lo estructurable, de lo limitado. El amor, señores, va mucho más allá. Queda corto al lenguaje expresarlo, nombrarlo, manifestarlo. Las palabras, frases e ideas no pueden describirlo completamente, parametrarlo, compendiarlo. Entonces, el amor es un poco Alma Gemela y un poco Media Naranja, es un poco lo contrario y un poco lo esencial. Es un poco lo similar y lo diferente. Es un poco todo eso, pero mucho más.


Lo importante, creemos, es la madurez y el desarrollo de la relación, la empatía y la inter-independencia. Los celos solo indican inmadurez, dominio, dependencia extrema. La frustración, la decepción, la falta de correspondencia, y la fijación en esa persona aunque al parecer no nos quiera, el centrar la felicidad propia en función a otra persona, no es más que la autosumisión, la dependencia absoluta; es distorsionar la felicidad. El amor debe estar de la mano con una independencia sana, suficiente para que ambos seres puedan crecer como personas. No se trata pues, de enamorarse de uno mismo, o de ver en otros el complemento de nosotros y mutilarnos, negarnos esa capacidad de mejoría y atribuírsela solo a la otra persona, a fin de que sea ella quien nos complete. Ambas posturas son facilistas y limitadas, y lamentablemente, restringen nuestro amor y nuestra felicidad. Liberémenos de ellas. ]

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que en toda relación amorosa hay algo de alienación; el amor enajena, distorsiona la personalidad. Es tan solo parte de la idea.

Chema dijo...

Hombre, si vamos a decir aliena o enajena, que sea esto para bien y no para mal -la concepción popular del término, no la académica, claro, tiene una marcada asepción negativa-, que si es para mal obsesiona, y si es para bien adiciona. Creo que el crecimiento siempre es positivo, en tanto sea aprovechado por ambos. Por eso se hablaba de inter-independencia. Claro que esto no es gratuito, de hecho, esta digamos fase de interindependencia se da bien entrada la relación, y habiendo ambos tomado responsabilidades, y cómo no, hecho consesiones sin caer en la dominación/subordinación.