lunes, septiembre 22, 2025

Una bandera negra ondea en el mundo: el símbolo de One Piece y el despertar de la generación silenciosa

Nepal, setiembre de 2025.

En las últimas semanas, una imagen ha recorrido las calles de diferentes partes del globo, siendo registrada cientos de veces por medios de casi todo el mundo. En todas estas manifestaciones se ha dado el mismo patrón: un grupo de adolescentes y jóvenes marchando, protestando y tomando partido frente a las injusticias, decisiones arbitrarias y la corrupción política local. Las caras de los jóvenes varían (algunos son asiáticos, otros europeos y otros tantos latinoamericanos), las ciudades donde marchan también, los motivos no son necesariamente los mismos, pero hay un símbolo que se repite en todos ellos: una bandera negra. No es la bandera de un partido político, ni una insignia nacional. Es la bandera pirata (Jolly Roger) de los Sombrero de Paja, protagonistas del anime japonés One Piece.

El sábado 20 y domingo 21 de setiembre de 2025, esta tendencia también se manifestó en las marchas en el Perú. Así que busqué en redes, leí medios internacionales y confirmé lo que ya sospechaba: esta misma bandera está apareciendo en protestas de jóvenes en varias partes del mundo. En Nepal, Indonesia, Francia, Filipinas, Corea del Sur, Argentina… y ahora en Perú. En cada lugar con su propia causa. Pero en todos lados este símbolo en común.

En One Piece, Monkey D. Luffy es un joven rebelde que desafía a un "Gobierno Mundial" autoritario para liberar a quienes sufren injusticias. Él y su tripulación, diversa y fiel a su causa, navegan por un mundo lleno de opresión, y cada isla que pisan representa una lucha por la dignidad, la libertad o la igualdad. 

Ese mensaje, que parecía destinado al entretenimiento, ha sido resignificado por miles de jóvenes como una bandera de lucha. No es casual que esta imagen haya calado entre jóvenes desencantados, desinformados por medios tradicionales pero intensamente conectados por redes digitales y narrativas globales.

 Línea de tiempo: cómo se convirtió en símbolo global

  • Indonesia, agosto de 2025: En las semanas previas al Día de la Independencia (17 de agosto), el país vivió un ciclo de protestas lideradas por estudiantes, camioneros, artistas y colectivos juveniles. El descontento surgió por la militarización del gobierno, la inflación, y las restricciones a la libertad de prensa y expresión.

    Entre las pancartas y banderas nacionales, apareció un símbolo inesperado: la bandera del Sombrero de Paja de One Piece. Para muchos manifestantes, se convirtió en una representación clara de rebeldía, libertad y resistencia. La bandera negra fue ondeada en universidades y plazas públicas de Yakarta y otras ciudades. Las autoridades expresaron preocupación: algunos funcionarios la catalogaron como una amenaza al "orden nacional", mientras que organizaciones civiles defendieron su uso como expresión cultural legítima.
  • Nepal – septiembre 2025:  En Katmandú y otras ciudades, miles de jóvenes salieron a las calles en rechazo a la prohibición temporal de redes sociales como TikTok, Instagram y Facebook, decretada por el gobierno como medida “antiviral” frente a disturbios. Las protestas denunciaban también corrupción, represión y desigualdad estructural. Las marchas fueron organizadas desde redes como Discord y Telegram, evidenciando una movilización digital altamente eficaz. Hubo represión, 19 muertos y decenas de heridos. En medio de todo, apareció la bandera de One Piece

  • Filipinas, Japón, Timor Oriental y Corea del Sur, septiembre 2025: Aunque no con la misma masividad, medios culturales y redes sociales reportaron la presencia del emblema en movilizaciones locales, particularmente en manifestaciones universitarias y protestas contra proyectos de ley impopulares. En Seúl y Manila, la bandera apareció junto a mensajes de justicia social, acceso a vivienda y transparencia gubernamental.

  • Francia – 18 al 20 de septiembre 2025: En Marsella, París y Lyon, se realizaron marchas estudiantiles y sindicales contra recortes presupuestarios a la educación pública y reformas laborales regresivas. Las protestas, algunas reprimidas por la policía, incluyeron pancartas y estandartes con la calavera sonriente de One Piece.

    Fotografías captadas por medios como Le Monde y The Guardian mostraron a jóvenes franceses resignificando el símbolo pirata como emblema de dignidad y unidad frente al sistema.
  • Argentina – 19 de septiembre 2025: En algunas movilizaciones sociales y estudiantiles contra el régimen de Javier Milei, la bandera apareció como gesto de identificación con luchas populares. Medios como El Marplatense lo analizaron como fenómeno cultural.

Protestas en Argentina también usan el símbolo de la bandera de One Piece
  • Perú – 20 y 21 de septiembre 2025: En Lima, jóvenes volvieron a las calles luego de meses de aparente silencio, impulsados por la crisis de legitimidad del gobierno de Dina Boluarte y proyectos de reforma previsional impopulares. La bandera pirata fue vista en manifestaciones frente al Congreso y en marchas en la Plaza San Martín, portada por adolescentes y universitarios que la entienden como símbolo de lucha contra la corrupción y la indiferencia estatal.

Qué implica este patrón

  • Internacionalización de símbolos pop
    One Piece, un manga japonés con una fuerte narrativa sobre libertad, justicia y comunidad, se ha transformado en un ícono transnacional de protesta. La historia de Luffy y su tripulación contra un “Gobierno Mundial” opresivo ofrece una metáfora reconocible para miles de jóvenes que enfrentan gobiernos autoritarios, decisiones económicas injustas o sistemas excluyentes.

  • La Generación Z como actor político emergente
    Esta generación, nacida entre la crisis climática, la pandemia y la precariedad digital, encuentra en los lenguajes simbólicos, visuales y emocionales su forma de participación política. No responde a los viejos slogans, pero moviliza hashtags, memes, personajes de anime y referencias culturales para hacer oír su voz.

  • Protesta híbrida y disruptiva
    Las marchas actuales no solo ocurren en la calle: comienzan en Reddit, se expanden por TikTok y se planifican en Discord. Lo que parece juego, es grito. Lo que parece meme, es consigna. La bandera de One Piece es el estandarte visual de una nueva forma de hacer política.

¿Por qué prende este símbolo?

Porque es claro, potente y emocional. No necesita traducción. Luffy no es un político, es un ícono: lucha por los suyos, no acepta abusos, no pide permiso para ser libre. Su bandera no representa una ideología, sino un anhelo compartido: vivir sin miedo, sin opresión, sin resignación.

Jóvenes marchando en Lima portando la bandera de los Piratas del Sombrero de Paja durante la protesta de la Generación Z. Foto: Ojo Público

Lo que estamos viendo no es casual. Es una nueva forma de movilización política y cultural:

  • No tiene líderes visibles, pero sí una narrativa poderosa.

  • No usa panfletos, usa memes, clips de anime, símbolos que conectan.

  • No se organiza en sindicatos, sino en servidores de Discord y grupos de Telegram.

  • No cita a Marx o a Bakunin, pero habla de justicia, equidad y comunidad.

Es la protesta híbrida de una generación que creció en internet, que desconfía de los partidos, pero que no ha renunciado a cambiar el mundo.

Reflexión final

Nos equivocamos al pensar que la Generación Z era indiferente. Los habíamos subestimado. Pensamos que estaban distraídos, encerrados en sus celulares, en sus pantallas, aislados de la realidad, indiferentes a las viscisitudes y miserias cotidianas. Pero resulta que estaban atentos, mirando, aprendiendo, sintiendo. En sus propios lenguajes —el arte, la cultura pop, los íconos de su infancia— traían el germen del cambio. En sus propios intereses —la libertad, la dignidad, la imaginación— estaba también el futuro que necesitábamos construir.

Y cuando llegó el momento, salieron. Pero no salieron con discursos viejos. Salieron con sus propios símbolos. Con sus referentes. Con sus sueños. Hoy, esa bandera pirata es mucho más que una ficción. Es una declaración política. Un grito sin palabras. 

Hoy, esa esperanza se levanta en forma de una bandera pirata. No es solo una rebelión contra lo que existe. Es una invitación a imaginar lo que podría ser. Porque la libertad no se hereda: se conquista. Y ellos lo saben

Desde ahora, cada vez que vea esa bandera ondeando en una plaza, no la veré como una ficción, una moda o un juego de niños otakus. La veré como un recordatorio de que los jóvenes no callaron. Solo estaban esperando expresarse en su propio lenguaje.

Referencias

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