Crédito: AIESEC Valdivia Chile. Tomada de: http://goo.gl/7kdxll
Sabemos
desde hace buen tiempo que el comportamiento sexual es determinado por los
resultados del proceso biológico conocido como “sexuación”[1]. ¿Qué implica la sexuación grosso modo? En el caso del
varón, una suerte de “masculinización”
biológica, ya que todos los gametos son originalmente femeninos, y según los
cromosomas, si estos son XY, la sexuación implicará una mutación que
masculinizará al feto a través de 3 fases, dos exclusivamente intrauterinas y
una tercera que comienza en el embarazo, pero que concluye cerca del primer año
de vida del bebé. Por esta razón los varones tenemos tetillas, y nuestros
testículos no son otra cosa que ovarios descendidos, nuestro escroto una proto-vagina
cerrada en sus labios, y nuestro pene un clítoris super-desarrollado. ¿Cómo
sino se explican los intersexuales[2] (antes conocidos como hermafroditas)?
Claramente,
los intersexuales son personas cuya sexuación quedó en un fase intermedia, ya
sea con la vagina cerrada pero no con los ovarios descendidos, o con los
ovarios convertidos en testículos pero el pene no desarrollado, u otros
resultados símiles. Ningún dios explica
esto: en su infinita ignorancia ciertos religiosos fundamentalistas repiten la
idea de “varón y hembra los creó[3]”. ¿Ah sí? ¿Y qué pasa con los intersexuales? Según la bióloga molecular Anne
Fausto-Sterling, profesora de la Universidad de Brown, hasta un 1,7 % de la
población presentaría en un cuerpo alguna variación de lo considerado
totalmente masculino o femenino[4]. Indigna, pues, que todavía hoy sea legal mutilar a estos pequeños bebés
al gusto de los padres para que se adapten a tal o cual sexo solo porque esta
mierda de sociedad no está preparada para la verdad. Ningún dios explica esto
porque no tienen nada que ver: se trata de un proceso estrictamente biológico.
¿Y qué
pasa con los homosexuales? Parece que las fases 1 y 3 de la sexuación son
puramente neurológicas (sexuación del cerebro), por lo que tanto el lesbianismo
como la homosexualidad masculina estarían explicadas en las interrupciones de fases
1 y 3 respectivamente. Esto no está comprobado, pero tiene mucho sentido a la
sazón de evidencias respecto al funcionamiento cerebral de homosexuales varones
y mujeres, cuyos cerebros funcionan mucho más parecidamente al sexo contrario
que al suyo[5]. También en el hecho de que la sexuación como proceso
biológico incorpora cambios cerebrales: la sexuación del cerebro determina la
identidad sexual.
Ahora
bien, se ha descubierto que la "masculinización" (sexuación del cerebro) depende de ciertos conteos
enzimáticos y hormonales que disparan esta mutación o no. La misma está sujeta
a la influencia de múltiples factores que todavía no conocemos en su conjunto.
En un experimento compartido por National Geographic en el que se estudió
embarazos múltiples[6], se encontró que en esos casos se incrementa en un 50% la
incidencia de futuras personas homosexuales. La hipótesis es que las reservas
de hormonas y enzimas disparadoras de la sexuación del cerebro no son
suficientes en estos casos. Tomando dicha hipótesis, tenemos entonces que la
homosexualidad es un resultado posible a partir del conteo enzimático/hormonal
desarrollado durante el embarazo.
Pero
esto no quiere decir que la homosexualidad sea un problema o algo antinatural.
De hecho, es tan común (y parecido, solo que a nivel de conteo
enzimático/hormonal sexual) como cualquier color de ojo o cabello
"raro" (el cabello rojo y el albinismo son buenos ejemplos, pues
están asociados a la pigmentación más clara por ciertos conteos bajos de
melanina).
Oponerse,
pues, a la homosexualidad es tan absurdo como oponerse al cabello rojo o a los
albinos. ¿Quién podría ser tan idiota de oponerse a ambos? Ah sí, las
religiones lo hicieron. Fundamentalistas cristianos cazaban a pelirrojos por
considerarlos hijos de diablo en el medioevo. Los albinos suelen correr la
misma suerte hasta hoy en las religiones animistas africanas.
Finalmente,
si hay algo “antinatural” eso es la homofobia. En la naturaleza, más de 1500
especies han sido documentadas por registrar comportamiento homosexual[7]. Sin embargo en solo una especie hay homofobia. ¿Qué es
lo natural, entonces? Depende de quién lo diga: yo podría decir que lo natural
es lo normativo, y lo no-natural lo contranormativo. En ese sentido,
biológicamente es natural la homosexualidad, y antinatural, artificial, la
homofobia.
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