martes, abril 06, 2010

No he de cantar, Victoria

05-o6 de abril de dosmilsiempre.
A ti. Mi más nueva y esperada lectora.


No he de cantar victoria todavía, Victoria.
No he de cantar aún.
No conviene, niña mía.


Conviene que reme para adelante, superando la incertidumbre de tus miedos atrapados. Conviene que sortee el archipiélago de tus dudas y que me guíe con la luz de tu estrella esperanzada. Conviene que alumbre tus rincones difíciles, apaciguando el mirar de tus ojos asustados. Conviene que ahuyente tus fantasmas más hostiles, y que someta tus demonios más gentiles.

No he de cantar victoria todavía, Victoria.
No he de confiarme aún.
No conviene, querida mía.


Conviene que batalle mil mundos y mil días. Conviene que tengamos muchas riñas. Conviene que masajee tus rodillas cansadas de tanto tropezar. Conviene que te abrace con todo el calor del sol, y te acaricie con la paciencia del ancho mar. Conviene que me quieras con toda el alma, como te quiero yo. Conviene que me extrañes todavía, y que tú sola quieras volar.

No he de cantar victoria todavía, Victoria.
No he de reírme aún.
No conviene, vida mía.


Conviene que exploremos nuestros mundos paralelos, conviene que seamos muy sinceros. Conviene que seamos pasajeros de nuestras anécdotas sentidas. Conviene que juntos aprovechemos esta oportunidad de la vida, que nos ha puesto una buena disyuntiva: que no cantemos victoria todavía, que sigamos remando, que hay mucho por nadar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito y sentido escrito. De seguro a quien se lo hayas escrito ha de estar sonriendo levemente por tus palabras que suenan sinceras.

Chema dijo...

Lo está, felizmente. Gracias por participar de este espacio.