lunes, julio 09, 2012

De la homofobia y la cucufatería hipócrita limeña

 Tomado de http://www.facebook.com/photo.php?fbid=10151102477039276&set=a.189338179275.155674.189324624275&type=1&theater

En la medieval, fascista y réproba sociedad limeña en la que algunos sobrevivimos a duras penas, mientras otros son los suficientemente cínicos o desinformados, o ambas cosas a la vez, para acomodarse sin indignarse o sin darse cuenta, existen prácticas discriminatorias, cucufatas, hipócritas que nos recuerdan las mejores perlas de la Iglesia Católica: las cruzadas, la Inquisición, la cacería de brujas, las bulas de excomunión por pensar diferente y un largo etcétera.

Una de las pruebas de nuestra contumaz cucufatería, santurronería e hipocresía es la organización de los concursos de belleza de mujeres, en los que en las bases está muy claro que las concursantes no deben tener pasado, ni siquiera presente, y menos aún evidencias. Claro, porque dios perdona el pecado pero no el escándalo, y también porque la mujer debe ser casta y pura (sino qué horror), y por eso hay que encerrarla bajo siete llaves y con una burka blanca, y debe casarse también de blanco así esté embarazada. Recontra coherente.

La semana pasada, la hoy ex-Miss Perú Melissa Paredes, fue cuestionada con los argumentos más racistas y estúpidos (es obvio y casi tautológico, ya que el glamour en sí mismo tiene una buena cuota de racismo y estupidez, pero justamente por ello hay que hablar, para hacer pedagogía de la buena), y al final los fascistas que estaban en contra de la designación de una Miss bajita, de piel canela y que venía de Ventanilla y no de San Isidro como Jessica Newton, encontraron unas supuestas sugerentes fotos para rajarse las vestiduras y obligarla mediáticamente a renunciar.


Lo tristemente cómico es que su reemplazante tiene todos los méritos para ser una candidata del fujimorismo: es fascista, ignorante y concibe a las poblaciones LGTB, HsH y demás como enfermos y/o dañados con argumentos teológicos. No me sorprendería que en estos momentos Cindy Mejía esté en conversaciones para postular al congreso el 2016 por el fujimorismo. Tiene madera de Cuculiza... Cuídate, Keiko.


¿Por qué no dejan desierto el concurso, lo cancelan de una buena vez, se ponen a reflexionar acerca de lo intrasdencente que es escoger a una mujer por su belleza -que al fin y al cabo es algo subjetivo, banal, nimio y no se puede medir científicamente y tampoco es meritorio porque a lo poco es heredado y a lo mucho transformado por la cirugía y el photoshop-, y reflexionan, también, de paso, en el racismo, sexismo, machismo e intolerancia rampante que promueven con este tipo de papelones?


Por supuesto, la cucufatería hipócrita de siempre no se escandalizará por la discriminación y el fascismo que profesa Cindy Mejía en sus declaraciones a La República, al contrario, se alegrarán porque piensan lo mismo que ella: son iguales de ignorantes, intolerantes y estúpidos.


Me pregunto qué tipo de traumatismo habría sufrido la pobre Cindy Mejía cuando era niña, con una familia fascista y disfuncional que le ha hecho creer que la gente diferente a ella está enferma. Me pregunto también qué pensará la comunidad LGTB que ha sido ofendida por esta chica  que merece perder la corona y el respeto de todos los peruanos.

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