miércoles, marzo 14, 2018

Gracias por tanto, Stephen


Stephen Hawking experimentando la ingravidez, el 27 de abril de 2004.



El 22 de junio de 1986 Victor Hugo Morales hizo el relato más apasionante de narración de un gol que se haya escuchado, un gol que probablemente fue el mejor de la historia. Antes le había gritado "genio, genio, genio" luego de superar al cuarto o quinto rival consecutivo, pero cuando superó la línea del área chica, y sacó el remate al segundo palo espetó: "Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?". Se preguntaba, llorando, el periodista argentino, cuando el pequeño pero muy habilidoso Maradona gambeteó medio equipo inglés y anotó el gol de la historia de los mundiales.


Hoy se fue un habilidoso, no argentino sino inglés, no del campo de juego, sino del campo sideral, nada barrilete, pero muy "cósmico", y muy "de otro planeta", que supo gambetear una terrible enfermedad degenerativa que le daba un pronóstico de 2 años a sus ya muy promisorios 21, y que nos otorgó más de 50 años de trabajo, temple y dedicación inigualable. Uno de los más renombrados genios de nuestro tiempo, acaso el más grande e importante desde Einstein en lo que astronomía, astrofísica y cosmología se refiere, fue también un campeón de la comprensión de los agujeros negros, conjeturando que estos podrían generar un tipo de radiación que hoy lleva su nombre.


Pero también fue un campeón de la divulgación científica. Best seller con Breve Historia del Tiempo, realizó más de 15 publicaciones de renombre mundial, fue galardonado más de 20 veces en las más prestigiosas universidades y academias de ciencia del mundo, y ha sido apodado el "historiador del tiempo".
Incursionó junto a su hija Lucy Hawking en la literatura infantil para despertar en los niños el amor por la ciencia con obras como "La clave secreta del universo" y "El tesoro cósmico", entre otras.


Ha aparecido infinidad de veces en diversas series, documentales, eventos y películas, y ha gozado del prestigo y reconocimiento que se merece de diversas autoridades y personalidades en todo el orbe. Y también experimentó la ingravidez. Fue el 27 de abril de 2004, tras culminar un viaje de 2 horas en un Boing 727.
Su figura es conocida en todo el mundo, y hoy por fin, quizás, también, su legado será conocido, por esta costumbre tan nuestra y humana de recordar lo que ya se perdió para siempre.


Ha denunciado los peligros del cambio climático en el medio ambiente y no ha sido ajeno a la crítica política: criticando, por ejemplo, más de una vez el populismo anticientífico de Trump en medios de prensa ingleses y de todo el mundo. También se ha ganado la antipatía de diversos religiosos por sus opiniones sobre la religión y su ateísmo.

Hoy Stephen, el agujero negro más masivo es tu partida, la lobreguez de tu ausencia. Sabía que este momento llegaría, pero no me imaginé que tan pronto. El golpe ha sido hondo y seco, como cuando muere alguien muy cercano. Hay tantas frases tuyas que no sé cuál merece más la pena acotar aquí, pero me quedo con esta: "Solo somos una raza de primates en un planeta menor de una estrella ordinaria, pero podemos entender el universo. Eso nos hace especiales". Gracias por tanto, profesor.

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