martes, marzo 17, 2015

Febril delectación

La bacante, Gustave Courbet, 1847 (*)

Si de veras existe un dios, entonces tu hechura /
es la más exaltada evidencia de su creación,
y tu rostro, la más delicada/
 y esmerada de sus pinceladas.

Tu silueta tiene gracia que engalana,
y eres siempre fruta de estación.
Tu belleza cada día se dispara.
Por ello, te pienso con febril delectación.

Tus cejas son dunas estilizadas,
tus cabellos campos de cebada tostados bajo el sol,
tus labios son preciosos y me llenan de emoción,
y tus ojos, joyas de azabache, brillan con fulgor.

Tu desapego me puede en desánimo.
Tu indiferencia me lacera el corazón.
Tu silencio me da taquicardia,
y poco a poco destruye mi razón.


(*) Imagen tomada de: http://www.tumiamiblog.com/2013/12/de-esa-consiguiente-delectacion-morosa.html

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