domingo, marzo 08, 2015

Etnografía de un servicio

Si me conocen, sabrán que soy ateo. Pero el que lo sea no me impide interactuar con creyentes u agnósticos. He trabajado para un grupo de evangélicos hace algunos años, ayudándolos a reenfocar la misión, visión y servicios de su organización, asesoro y apoyo actividades de una amiga laica consagrada, y varios de mis mejores amigos y colaboradores son católicos, budistas o no creyentes. Así, hace un par de semanas se me ocurrió hacer un doble reto con una amiga protestante, presumiblemente de corte evangélico, que consistió en que me acompañe a ver la película Teoría del Todo

Como contraparte, me planteó que la acompañe a su servicio (una suerte de equivalente de la misa católica, aunque bastante más horizontal y agradable que el promedio de las misas de esta vertiente del cristianismo). Me indicó que podría tomar apuntes y observar el comportamiento de los seguidores, propuesta tentadora, que es lo que he hecho y aquí comparto con ustedes.

El servicio se realiza en un local de Investigación Aeroespacial estatal. La entrada al establecimiento me genera confianza, pues me atrae la astrofísica y la ciencia en general. Se observan réplicas de satélites y cohetes, así como fotos tomadas desde la estratósfera acerca de diferentes valles del país. La ironía y la sorpresa se confunden con la sonrisa. Un local de ciencia de lunes a viernes, alberga los  fines de semana a exaltados creyentes. Se me dice que este establecimiento es alquilado los fines de semana desde hace algunos años.

Se encuentran en el auditorio. Desde afuera se oye música alegre y festiva. Al entrar, observo mucha pasión tanto en los músicos como en los asistentes. Los unos se encuentran en el escenario manipulando sus diferentes instrumentos. Es una banda compuesta por un baterista, un tecladista, un bajista, dos guitarras y 3 vocalistas. El público: individuos que cierran los ojos, levantan sus manos, algunos cantan a todo pulmón. La letra de la canción está puesta en un vídeo que acompaña al grupo, cual karaoke pensado para que los fieles conozcan sus cánticos. Los vocalistas se entregan a la canción con visible pasión, la misma que es transmitida y contagiada a la concurrencia.

"No somos fieles", dijo una vocalista, al terminar la primera canción. Rezó en voz alta y luego guardó silencio por unos segundos. Acto seguido comenzó una nueva canción. Las canciones son sencillas, de letras acompasadas y cadenciosas, fáciles de recordar.

Hay padres con sus niños en brazos. Muchos jóvenes, adultos, familias. Si se observa con detenimiento, cada uno de los participantes tiene una forma distinta de orar, siempre al compás de la música. Algunos cantan con fuerza, utilizan sus cuerpos como elementos de expresión. Dedos que truenan, manos que tamborilean en las butacas, pisadas rítmicas, brazos levantados que se mueven al compás de la batería. Algunos otros prefieren la introspección, los ojos cerrados, sentados, agachando la cabeza. Uno tiene una biblia en sus manos, y se mueve al compás de la música mientras lee; una chica levanta una sola mano; un señor está sentado con los brazos cruzados y la cabeza apoyada, etc.

Al terminar la canción, un joven predicador abre la biblia y recita un verso de Mateo, la parte en la que Jesús le pide a Pedro que camine con él sobre las aguas (Mt. 14, 22-36). Todo ello con acompañamiento musical de batería y arpegios de guitarra. Se hace a continuación la ofrenda (obras de apoyo social) y el diezmo (mantenimiento de la propia iglesia). El grupo está desarrollando un proyecto de apoyo social en Pamplona Alta. Para ello realizan actividades pro-fondos como almuerzos, fiestas, entre otros.

Comienza, luego, una lecture acerca de lo que es la fe. El expositor, distinto al predicador anterior, esboza una definición de fe: “certeza sobre el futuro y convicción sobre lo invisible basados en el carácter de dios, el cual es revelado por medio de sus promesas, las cuales están en su palabra”. (Referencias: Hebreos 4.2; 6.12-13; 10.23; 11.1).

El pastor interactúa con su audiencia. Pregunta por definiciones personales al respecto de fe, certidumbre y carácter. Invita a todos los participantes a renovar, ampliar y consolidar su fe, sobre todo en el actuar, considerando que si no se actúa, si no se hace algo por los demás, la fe "está muerta".

Mi estancia allí, aunque breve, me sirvió bastante para reflexionar en torno a la importancia que le tienen las personas creyentes a la vivencia de sus creencias. Si esto sirve para sacar lo mejor de las personas, sea bienvenido.

Había alguna que otra cara conocida, que se me acercaron a saludarme amistosamente, y otras tantas personas que no conocía y me hicieron sentir como en casa. Luego, a la salida del culto, departiendo con algunos de los participantes, se me hizo la obvia pregunta: ¿De qué iglesia eres tú?. No la rehuí, más bien traté de construir mi respuesta tomando en consideración lo dicho en el propio culto. Si bien no comparto la creencia en deidades, sí estoy muy de acuerdo en la necesidad de  demostrar con acciones las convicciones personales. Y por semejantes ideales y consecuencia, me siento gratificado y presento mis respetos.

Encontrar similitudes y rescatar los puntos positivos nos hace mejores personas. Después de todo, una misma humanidad nos congrega a todos al margen de nuestras diferencias: debemos regocijarnos en la comprensión de nuestra ineludible conexión con nuestro mundo, con el universo y con los seres vivos. Nuestras diferencias no debieran suponer obstáculos en la persecución de nuestros objetivos como especie. Nuestras similitudes, por pequeñas que sean, debieran llevarnos a un diálogo que nos permita desenvolvernos con ética, tolerancia y respeto por la diversidad.


Hoy la he pasado muy bien. Debo reconocer que envidio sanamente el clima que se logra en estos espacios. Me parecen muy interesantes como escenarios sociales. Mis reparos son frente a otro tipo de manifestaciones que suelen colisionar con derechos humanos, que no tienen por qué asociarse directamente a este tipo de prácticas reconfortantes en el plano espiritual. Esta es, realmente, una forma elevada de exaltación que ya respetaba, pero que hoy, además, valoré.

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