miércoles, marzo 14, 2012

Los psicólogos: ¿Son sólo para los locos?

En el Perú mucha gente cree que ir al psicólogo es "para los locos". Muchos padres de familia, adolescentes, empresarios, futbolistas, entre otros,  comparten este prejuicio absurdo, y lo que es peor es que no encuentran o no tienen a la mano formas adecuadas de rebatirlo. Pensemos ahora en las posibles consecuencias catastróficas que traen consigo esta absurda creencia: imagínese la cantidad de denuncias, crímenes, violaciones, asesinatos, internamientos por consumo de drogas, en otras tantas conductas de riesgo y delictivas que se podrían prevenir si uno contemplara como posibilidad real ir al psicólogo a tiempo. Para ponerlo en esos mismos términos: se podría decir que muchos "están locos" porque no van al psicólogo.

Para muestra, dos botones: Claudio Pizarro y Paolo Guerrero, "grandes" futbolistas peruanos, que sin embargo, acaban de protagonizar actos de indisciplina deportiva y violencia. El primero de ellos no tiene la costumbre, pero acaba de ocurrirle. El segundo tiene todo un historial. Recuerdo hace varios años que hicieron un reportaje al Alianza Lima sobre la posibilidad de contratar psicólogos para mejorar el rendimiento del club, ante lo cual Jayo Legario dijo No estamos locos, no necesitamos psicólogos. En esa época ya los clubes de tercera división de España (todavía no era la selección campeona del mundo de Fútbol), tenían un equipo de psicólogos como parte del comando técnico.

Los psicólogos suelen muchas veces la última rueda del coche de las instituciones educativas y de salud. Los hospitales y colegios públicos creen que les hacen un favor a los practicantes de psicología por admitirlos en sus sedes, sin pagarles el sueldo que les corresponde, ni darles ni siquiera las movilidades del caso. Es más, muchas veces hasta les piden a sus universidades que les manden materiales  y equipos tecnológicos (computadoras, multimedios, etc.) supuestamente para brindarles un acompañamiento a los practicantes, y todos estos equipos terminan en las oficinas de los directivos, y los alumnos jamás los ven. Los alumnos de psicología muchas veces tienen que pagar sus propias prácticas profesionales, y nadie dice nada al respecto.  Los profesionales, por otro lado, muchas veces tienen que mendigar consultas a precios indecorosos porque la gente no está acostumbrada a pagar por la "habladita".

Nadie se queja de estas situaciones. Pienso que, en parte, seguimos todos nosotros, el Estado y hasta nosotros mismos como profesionales, afectados por esta creencia absurda, que hace recordar a esa frase conocida sobre los bomberos, que dicho sea de paso, también es producto de la ignorancia, y de la cultura de la pendejada y la criollada que tanto afecta a nuestra sociedad. Sí pues, nosotros elegimos una profesión de servicio, y si bien no sacrificamos nuestra vida como lo hacen los bomberos, hemos como ellos priorizado aspectos de servicio social frente a las comodidades que podrían darnos profesiones con mayor margen de ganancias como el derecho, la arquitectura o la ingeniería.

Es cierto que los psicólogos somos parte del problema por dos razones principales: primero porque no solemos informar, en un lenguaje amigable y de manera consistente, periódica y marketera nuestras competencias, los alcances de nuestra profesión, y las diferentes ofertas de servicios que podemos brindar; y en segundo lugar, porque lamentablemente tenemos muchos profesionales que caen en facilismos dogmáticos (las corrientes psicodinámicas, por ejemplo) que en muchas ocasiones se traducen en intervenciones de largo aliento y baja eficicacia en sus resultados percibidos, lo que a su vez  trae como consecuencia una escasa legitimidad percibida (en sencillo: no confían en nosotros), o en problemas de aplicación: ¿por qué se siguen usando pruebas proyectivas como El Hombre Bajo la Lluvia en los procesos de selección de personal? ¿Acaso los limeños usamos paraguas? ¿Acaso llueve en Lima, más allá de la garúa que no moja a nadie?

Como colectivo, los psicólogos estamos llamados a cambiar de una buena vez y para siempre esta creencia absurda. Debemos comprometernos a informar a la comunidad acerca de nuestras ofertas de servicio, de nuestras competencias, de todo el trabajo que podemos hacer para mejorar las condiciones de vida de nuestra gente, de la prevención como una cultura de vida, y lo que puede traer al beneficio de todos. Paolo Guerrero, Claudio Pizarro, Jayo Legario y toda la gente que piensa que los psicólogos son "solo para los locos", no tienen la culpa de ese razonamiento: en todo caso nosotros debemos actuar para cambiar esta creencia, y a su vez las actitudes y consecuencias que trae consigo en la sociedad como tal.

No hay comentarios.: