domingo, junio 07, 2009

Pizango y las sanguijuelas

Pido un poco de criterio, un poco de conciencia, si algo me permito pedir en esta vida. Cómo es posible que comuneros asedien, cerquen, secuestren, masacren y asesinen a 23 compatriotas, por más que estén vestidos de uniforme. Cómo es posible que de manera premeditada y estudiada cometan atentados contra edificios y estructuras importantes de una ciudad (Bagua) como lo son puentes, carreteras, puestos de vigilancia, oficinas estatales. ¿Cómo se justifica la tenencia de armas de supuestas comunidades pacíficas no-terroristas?(Ver: http://www.elcomercio.com.pe/noticia/297209/detienen-dirigente-nativo-armas-cascos-policias-asesinados).
Hasta dónde puede el colmo del enseñamiento, el revanchismo de sentimientos encontrados, viscerales, reprimidos, cobardemente sublimados en actos absolutamente condenables, y alevosa y perversamente azuzados y rumiados por miserables sanguijuelas que a toda costa, y sin importarles las consecuencias, pretenden perennizarse en la política, y mantener así su vigencia a partir del hambre, del atraso y del desconocimiento de sus hermanos connacionales menos favorecidos, que son los que finalmente tiran la primera piedra, mientras que los que se esconden son los primeros.
Sinceramente no entiendo cómo puede todavía haber gente pensante que eche la culpa al gobierno de este tema. ¿O sea que los policías son los cucos, cuando han sido secuestrados y hasta degollados? Y ni siquiera los perpetradores, los que se mancharon las manos con sangre son los verdaderos responsables. No los que, nublados por las ideas fundamentalistas, revanchistas y violentistas de otros, cometieron finalmente estos actos son los verdaderos responsables. Los verdaderos responsables son los azuzadores, las sanguijuelas políticas que no buscan otra cosa que mantener el retraso del pueblo para poder seguir teniendo el poder político que les dan sus votos, manifestados en el hambre de ese propio atraso que ellos alimentan. Claro, el pueblo difícilmente se da cuenta de esto, y es presa fácil, ingenuamente, de esta treta de estos chupasangres. Los verdaderos responsables son los azuzadores que, llenando de ideas violentistas y encendiendo las más bajas pasiones y revanchismos anquilosados, exhortan a las comunidades al salvajismo, para luego limpiarse como cobardes echando la culpa al gobierno. Así tiran la piedra y esconden la mano.
¿Quién o quiénes les paran la olla a ellos y a sus RETRASADAS ideas políticas de violencia por violencia, ese REPUDIABLE ERROR que es la teoría que justifica la violencia, y que no solo la justifica sino que la sitúa como hacedora de la historia? ¿Acaso la sangre y las balas te hacen más noble -será más neanderthal-? ¡Que hay de los muertos! Los policías fueron atacados cobardemente, por detrás, a traición, y no solo por armas de fuego, sino también por lanzas, hachas y cuantos elementos punzocortantes fueron encontrados. No solo eso, los desvistieron, se ensañaron con ellos. Cómo pueden explicar los dirigentes implicados en esta masacre el hecho de que 23 muertos son policías, y que hay una enorme diferencia con las víctimas de los propios nativos (9). Claro, estos saldrán a decir que están en el río, que desaparecieron, inventando estúpidas justificaciones. "Los policías atacaron cobardemente", dicen ellos. Claro, con gases lacrimógenos, mientras que los otros respondieron con bala y lanza. A mansalva y sin motivo, con 22 víctimas. Con rehenes, con destrozos, con muchos heridos. ¿Donde están los heridos nativos? ¿Por qué están armados y conservan como trofeos de guerra los cascos de sus víctimas? ¿Quién es el cobarde, entonces? ¿No es acaso el tira la piedra y esconde la mano? Los cobardes son Pizango, sus financiadores -chavistas, en otros dinosaurios de la más rancia y cobarde izquierda extrema peruana- y los zancudos, larvas y sanguijuelas que defienden ideales políticos largamente defenestrados por la paz, la razón y la evolución humana y solo justificables por el poder político y económico en función al político que les da el mantener a la gente descontenta y misérrima y jugar con sus necesidades, tal cual y como lo hacen ciertos religiosos de ciertas sectas que juegan con las esperanzas de sus fieles y se embolsillan sus diezmos.
¿O sea que el gobierno tiene la culpa de las muertes cometidas por compatriotas seducidos y enardecidos por las tendencias políticas violentistas de COBARDES que quieren seguir viviendo a expensas de la pobreza de los peruanos? No, señores. Estos hechos no responden a las comunidades en sí; strictu sensu, corresponden a un gran COBARDE llamado Pisango.
Ahora salten, pues, todos sus defensores, traidores a la patria e incubridores de su paradero y de su genocidio. Ahora salgan a decir que Villa Stein y el poder judicial están comprados y favorecen al gobierno, cuando ustedes fueron los primeros en celebrar la condena de Fujimori, llenando de alabos al "ahora independiente poder judicial". Ahora que Pizango está siendo buscado por cabecilla de este horrendo y absurdo vejamen público. O sea linchan, secuestran y asesinan, y el responsable es el gobierno. O sea que toman sectores clave, oficinas de Petroperú, puestos de la policía y el ejército, puentes, etc.-lo cual evidencia el carácter premeditado, alevoso y macquiavélico de su plan- y encima tienen el cuajo y la frescura de echarle la culpa al gobierno. COBARDES, eso es lo que son. Cobardes y estúpidos comunistas. Malditos sean.
Esperemos que estas acciones, por fin, dejen de darse. Que estos malditos comunistas que lo único que quieren es que el Perú siga en su interminable cáncer de desigualdad social, pobreza y falta de oportunidades para poder jugar y lucrar con estas necesidades a partir de sus votos concentrados, sean finalmente silenciados a través de propuestas sensatas, visionarias y de desarrollo. Que los jóvenes profesionales de nuestro país sientan al Perú propio y decidan quedarse para trabajar en la Responsabilidad Social, y conjuntamente con la inversión y el trabajo digno, levantemos a este Perú que tanto merece salir adelante, que tiene tanto bueno qué mostrar, y que tiene tanta capacidad de hacerlo.

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