lunes, mayo 28, 2007

Algunos porqués de mi escepticismo (1): Cierre de RCTV

Vuelvo al ruedo bloggero después de varios días de sequía, y vuelvo malestimulado por más y más ejemplos de la podredumbre y miseria moral e intelectual de algunos vergonzantes representantes de la especie humana. Aquí algunos, a modo de recuento -acabo de animarme a hacer una saga, o mejor dicho a desanimarme por mi propia salud emocional de enumerar ejemplos en un solo momento-:


Cierre de RCTV (Radio Caracas Televisión de Venezuela).
Todo tiene su final. Con cachita, el lema del ofensivo spot publicitario -con música, por supuesto- de la prensa chupamedia chavista ha pegado con fuerza esta semana. Desde aquí auguramos que se le queme la boca al sátrapa con sus propias palabras, pues todo tiene o tendrá su final, como bien reza el dicho. Otro refrán famoso será asociado a éste un buen día, cuando el pueblo llanero se salve de esta tristemente célebre abominación de ser humano, que es el pez -o el gorila- por la boca muere. (*)


El tiranuelo miserable diz que socialista y bolivariano Hugorila Chaveta, siendo en Lima las 4:05am, debe haber ya cumplido con su vil y dictatorial amenaza al último bastión de la resistencia democrática del llanero país del norte sudamericano. Cada vez es menor la distancia que dista a este cachaco empoderado de Stalin y del propio Castro, porque el autoritarismo es malo sea de donde venga, izquierdoso o derechista. Siempre es, ha sido y será malo y signo de podredumbre, de corrupción y de vileza el lavado de cerebro de las masas a través de nimios beneficios a cambio de restricciones fundamentales que ofrece la política mediática y populista de los dictadorzuelos bananeros macondianos latinoamericanos, justificadas tan solo por la gollumezca y maldita sed inagotable de poder, que es probadamente la droga más peligrosa que puede consumir el ser humano, ese obnubilante opiáceo que conlleva, junto con un ejército de ayayeros amasatestículos oportunistas alibabezcos que reparten el estado a placer cual botín pirata, a los sátrapas latinoamericanos a enquistarse en la mandatura máxima de sus naciones por el espacio que les pegue la regalada gana, atrasando a sus países económica o moralmente, y mentalmente, eso sin duda. Eliminando RCTV, la resistencia venezolana (**) verá minados una vez más sus derechos, los derechos de todo el pueblo venezolano y los de cualquier ser humano per se, que son los de informarse cabal y verazmente, sin mediación ni intervencionismo -sea cual sea la modalidad que se utilice-. Eliminando RCTV, Chávez no hace más que avanzar en su esquizoide ideación macquiavélica de acumulación de poder. Se trata de un triste y monstruoso resquicio de ser humano carcomido por la adicción más lóbrega, sinuosa e irrefrenable. Eliminando RCTV, Chávez no hace más que confirmarme que no existe peor cosa en este mundo que ser un ser humano, como diría Mark Twain citado por Facundo Cabral, ya compungido y copioso por la erudición y la eremítica y solitaria intelectualidad; o que se ha fregao la vida con un nuevo cambalache, como cantaría el sinigual Gardelito, profetizando lo que sería el siglo XX allá por los grisáceos treintas. Eliminada RCTV, nada puedo decir acerca del pobre pueblo venezolano que cree en la revolución -que tiene más de involución que de otra cosa-, víctimas de la estupidización mediática y sistemática al más puro estilo fujimontesinista. Esas pobres gentes qué van a tener consciencia de las verdaderas intenciones del tirano, si el ser humano ha demostrado ser lo suficientemente idiota para comerse tales discursos, no una sino quinientas veces a lo largo de la historia. El ser humano ha solido siempre compensar sus carencias afectivas a través de la rumiación de populismos, porque es tan sencillo enamorarse, convencerse, tan peligrosamente sencillo dejarse lavar el cerebro...


Ya para qué seguir hablando. Ya para qué seguir pensando y buscándole soluciones a lo imposible, a lo inobjetable, a lo inefable. No es necesario. Hemos fallado como especie, como modo de vida. Estamos involucionando, la sabia naturaleza está sabiendo eliminarnos, poco a poco. Existen varios medios que utiliza para ello, una de ellas es nuestra propia codicia sin límites, aquella codicia llamada política, aquella política llamada droga, aquella droga llamada poder, aquel adicto al poder llamado Chávez, contraejemplo o antihéroe, o simplemente, un ejemplar de lo que puede llegar a ser un ser humano.
Notas:
(**). Recomiendo una página -bloggera, obviamente- de la resistencia venezolana, Venezolano Puro: www.venezolanopuro.com

sábado, mayo 12, 2007

Gorda espera

La gordamente famosa María Martha Serra Lima se presentó el día de ayer en el Círculo Militar de Jesús María, en el marco de la previa a la celebración del Día de la Madre 2007. El evento concentró a unos cuantos miles de canos pero no faltos de energía espectadores, así como uno que otro Enrique-el-Antiguo jóvenes, que vibraron ante la grave e inconfudible voz de la famosa cantante argentina. No habría nada más que agregar, a no ser por una serie de amargos y ridículos cambalaches propios de nuestra idiosincrasia desorganizada tan característicamente peruana.
Las perlas de la noche:
(1) María Martha salió al escenario a las 22:10, cuando el boleto indicaba que el show comenzaría a las 20:00.
(2) El telonero tuvo que prolongar su participación -inicialmente pensada para 30 minutos- por esta tardanza. Bajó inteligentemente apenas la gente comenzó a pifiar -no porque tocara mal, sino por la tardanza-.
(3) No hubo toldo, a pesar de la hora y del frío.
(4) No hubo telón, por lo que fue poco decoroso observar la llegada de cada músico por separado, así como la salida del telonero del escenario.
(5) Justamente, cada músico fue entrando al escenario como si se tratara de una fiesta regular.
(6) Algunas personas se quejaron de que la numeración de las entradas estaba errada, por lo que se sentaron en las sillas que encontraron.
(7) No habían acomodadores, ni vigilantes que controlaran los flujos que podían tranquilamente haberse hecho -por ejemplo, un pendejito que se cambiaba a un asiento de adelante-.
(8) Un concierto cuya entrada para la segunda categoría es de más de s/. 250.00 merece un mejor trato, sinceramente.
(9) ¡Qué pasó, boluda! Se te olvidaron o evitaste intencionalmente, seguramente para efectos de promocionar tu último disco, canciones emblemáticas como Soy lo Prohibido, El Viaje, Algo Contigo, Qué Será de Ti, Échame a mí la Culpa, Se Me Olvidó Otra Vez, Cenizas y El Día Que Me Quieras. ¿Pero vos sos loca?
(10) Apenas una hora y media, María Martha, y eso que te diste tu escapadita (al baño) -según los cochinones de por ahí especularon-. Se te disculpa por la esbeltez y por la edad -jojojo-.
Lo positivo:
(1) William Luna, el telonero de la noche -dícese del invitado que se presenta previamente, usualmente de menor importancia que el artista de fondo-, se lució interpretando temas que mezclaban armoniosamente el huayno y la música pop, o más específicamente -puesto que soy un inculto musicalmente hablando-, la zampoña con la guitarra eléctrica y la quena y el charango con la batería y el bajo. Se escucharon varias arengas: "Perú, Perú", y la gente quedó muy complacida con la participación del buen artista connacional. Un jalón de orejas, nomás, por no haber llevado algún disco a autopromocionarse.
(2) Cómo no, el privilegio de tener tan cerca a María Martha, y a su voz tan entrañable, interpretando temas del renombre de Soy Como Toda Mujer y A Mi Manera.
(3) Para todos los que no fueron, se perdieron a la gorda cantando O Sole Mio. Sí, vaya sorpresita agradable.
Con todo, fue un bonito concierto, aunque hubiéramos esperado más, además de la siempre criticable forma de hacer espectáculos en el Perú. Hay que tener en cuenta que nuestro país está cada vez abriéndose más al mundo y que ello, por consiguiente, trae con mayor frecuencia tanto a turistas como artistas de diferentes partes del orbe, por lo que debemos esforzarnos por brindarles la mejor de las atenciones, y así demostrar que estamos a la altura de las circunstancias. Aunque claro, todavía hay millones de cosas qué resolver como por ejemplo el tránsito, pero mejor ni hablemos de eso.