sábado, septiembre 30, 2006

Revolución

Las agujas del reloj pasan como hormigas. Y yo, como si fuera el gran insecto muerto que devoran, impávido, veo que el tiempo se apresta sobre mi carne lentamente, y no hago nada por defenderme, pese a estar vivo, pese a poder evitarlo.
El tiempo es arena en mis manos. Los años se me escapan, se me escurren, se me caen. ¿Qué he hecho, aparte de darme cuenta dello cientos de veces, y luego olvidarme para volver a advertirlo como si fuera la primera vez -con la fuerza que implica el advertirlo por primera vez-? ¿Qué he hecho, pues, además de remitir mis continuas revoluciones?
El camino se me nubla, mi cuerpo se resquebraja, los vacíos empiezan a ceder. Descubro nuevas grietas en mi despreocupado corazón. Advierto múltiples forados en mi desarticulada mente. Encuentro que necesito tiempo para construir el primer piso de mi alma, que hace mucho está en ruinas.
Empiezo a despertar del letargo que significó tantas horas perdidas, tantos días en el que el ocio limpió el piso de mi desempeñó con mi pobre compromiso, tantos años desperdiciados por la inoperante y culposa ignorancia del nintendo y la televisión, tantas etapas que se quemaron por mi desidia: colegio, academia, pregrado y presente... tanta vida que se me fue de las manos.
Capitulé siempre ante mis revoluciones intelectuales. Me faltaron huevos. Me faltó coraje. Me faltó fuerza. Necesito deconstruir mi persona y reedificarme. No más sueños sin atender, no más hacer de la vista gorda mis inquietudes, no más capitulaciones a mis deseos. Será lo que será. La revolución comienza hoy.

jueves, septiembre 28, 2006

Primeros haikus

I.
Hoy no hablarás
tu voz muerta respira
en ecos se encarna

II.
voz encallada
océano de palabras
puro silencio

III.
Hoy no has de ver
un rostro compungido
lejos te observa

IV.
ojos furtivos
acertijos de luces
fantasmas café
V.
Hoy ha de llover
invierno enfurecido
sangre de mi alma

martes, septiembre 26, 2006

Desconexión

ExtravíaMe. Mi fiel celular se me perdió hoy en la mañana.

Solo me queda preguntarme: ¿Habrá sido inconscientemente a propósito?

Para pensar.

domingo, septiembre 24, 2006

Antianiversario

Me he visto a mí mismo verme cansado, triste, lacónico. Estoy en esos días en que la única salida es dormir para no soportar el sinsabor de la soledad, del silencio gris, impávido, congelado. Me he visto apagado, cabizbajo; no tengo ni fuerzas ni ganas de escribir. No hay imágenes, apenas figuras densas, informes, cubiertas de nebulosa oscuridad. No tengo ganas de escribir, pero lo hago porque hoy, maldita sea, hoy, se cumple un año de este sueño, de esta idea, de esta casa de cartón. Y sin embargo mírenme aquí, acongojado, sin palabras que trasmitan este frío. En mi aniversario no solo no tengo ganas de celebrar, sino no tengo ganas de nada. No tengo ni voz, ni sueño, ni voces ni sueños. No tengo lágrimas ni palabras, no tengo nada. A veces preferiría ser friolento a solo sentir frío en el corazón. Fragilidad.
¿Que cuál fue la gota que colmó el vaso? Digamos más bien que el vaso se quebró con una helada ráfaga, crujió; simplemente me vi a mí mismo, luego de varios días sin conversar, aunque hablando con entes, no con amigos, no con personas, siendo otro ente... me vi aletargado, cariacontecido, impersonal, metálico... había perdido el rastro de mi respiración, de mis latidos, de mis sentidos... había muerto varias veces, varias noches, hasta que de pronto advertí que necesito bañarme el alma para despertar; que necesito caminar nuevamente por las orillas nocturnas de mis mares olvidados, aquejados, compungidos; que necesito conmutar mi aliento con la brisa, oler la profundidad del infinito azul marino, tronar mi pecho al son del viento crepuscular. Debo despertar una vez más, un año más.

jueves, septiembre 21, 2006

Navegando a la Oscuridad

A Elvia... porque ya pasó por la tempestad.



Elvia era una mujer muy activa, dinámica, alocada, espontánea, temeraria. ¿Temeraria? Pues sí. Tenía más de 80 años y no dudaba en pegarse el matador viaje en bus desde Lima -en esa época vivíamos en Trujillo-, y todavía lo hacía sin avisar. Sus canas no implicaban, para nada, la tranquilidad apacible de sus coetáneos. Vivía con su hermano mayor Jorge, un viejo renegón y huraño que se quejaba cuando le llevaban regalos. Ambos eran, juntos, una pareja de caricatura. Y para el niño que fui, eran personajes entrañables, como sacados de cuento. Nos hacían matarnos de risa a mi mamá y a mí, los únicos familiares - y eso que éramos bastante lejanos- que los frecuentaban. Jorge era renegón, sí, pero a pesar de ello quería mucho a su hermana. Elvia había sido profesora en su juventud, y con su pensión de jubilación cuidaba de su hermano responsablemente, además de la casa. Pero, lejos de tener una imagen de profesora, más bien, solo le faltaba vestirse de rockanrolera; tenía todo el espíritu de una abuela out-law. Cruzaba la pista corriendo; tenía una envidiable energía, saltaba, corría, me llevaba a los juegos de las canchas del Complejo Deportivo y se divertía conmigo más que la más entusiasta y atlética de mis nanas. No tuve nunca una abuela -una murió antes de que nazca, y la otra la conocí, por circunstancias que no vienen al caso, a finales de la pubertad-, pero si en mí hubiera estado la oportunidad de elegir una, sin duda hubiera sido ella. Esos años de mi infancia fueron geniales gracias a ella, era mi compañera de aventuras. Nos perdimos mil veces, y mi madre casi muere buscándonos, a veces hasta con policías. Me llevaba hasta Huanchaco, y para sus entrados ochentas todo lo que hacía era más que una proeza. Pero en esos años tenía lucidez, es decir, su locura era simplemente su personalidad... aunque, poco a poco, estó cambió.
Mi mamá lo temía incluso desde antes de que "sucediera". Hernán, otro tío abuelo, primo de Elvia y Jorge, conversó sobre la condición de Elvia con mi madre. El tío Hernán era otro personaje, decía que en su juventud, allá por los cuarentas, había sido boxeador, y le gustaba ponerse en guardia y levantar los puños. De los tres él era el más cuerdo, sin embargo, se nos fue antes por una neumonía fulminante. Pudo, empero, advertirle a mi madre sobre la condición de Elvia: Se anda olvidando las cosas, le dijo una vez. Los parientes más cercanos no se preocuparon nunca por la suerte de la pareja de ancianos hermanos, y mi mamá y yo éramos las únicas almas que les quedaban.
Y, con la muerte de Jorge, la decadencia de mi abuela de cariño se acrecentó cada vez más fuerte y más rápido. Entonces, no hubo más remedio que llevarla a un centro de reposo. Lamentablemente, no fue uno bueno, pues en esa época no contábamos con el dinero suficiente para algo mejor. Tras una serie de peripecias y cambios del local del centro, mi mamá perdió el rastro de mi tía Elvia por algunos años. Cuando la volvimos a ver, ya no nos reconocía, de hecho ya no veía, apenas y escuchaba. Creía que Jorge la acompañaba, que mi mamá era su madre, y a mí logró pocas veces más decirme José Manuel. Me dio tanta pena verla tan disminuída, que mi mamá prefirió ya no llevarme más. Poco después, hubo otro cambio de local, y para cuando mi mamá logró ubicarlo, ya había fenecido. Sí, fue el Alzheimer.

Comienza con ciertos olvidos que se confunden con las fallas comunes de la memoria, esas que a cualquiera le pasan, que pasan por tanto desapercibidas, inadvertidas, caletas, hasta que, lamentablemente, no hay nada más que hacer. Siguen luego las desorientaciones, olvidos más serios, complicaciones más serias, por las cuales, en un primer momento, uno mismo se preocupa, se asusta y se sabe distinto, es consciente de que algo no anda bien; en un segundo momento, ya la consciencia de uno mismo se ve tan afectada que pasamos de hablar de lagunas o episodios amnésicos a lagunas o episodios de consciencia... en un tercer momento, ya no hay momentos, no hay tiempo, solo dependencia, ensimismamiento, oscuridad... el regreso total. Es la demencia de tipo Alzheimer (1), la más común de las demencias. Aquella enfermedad degenerativa e irreversible, que se lleva la vida de nuestros abuelos.
Los médicos suelen diagnosticar el Alzheimer una vez que ya descartaron todas las otras enfermedades afines, puesto que esta enfermedad ataca el cerebro de manera difusa e impredecible, degenerando lenta y progresivamente la totalidad de las funciones vitales. No se conocen las causas ni la forma de contraarrestarla. La vista, la audición, las habilidades senso-motrices y por supuesto, las cognitivas, todas, todas sin excepción se ven afectadas, y la persona se va perdiendo, va navegando hacia la oscuridad (2). Es una enfermedad muy triste, sin duda. Y no solo lo es para la persona, sino también para la familia.
Como toda demencia, la de tipo Alzheimer produce, en su ínterin, episodios penosos para la familia. El reloj biológico de la persona se altera, de manera que no solo se producen hipersomnios o insomnios, sino que el sujeto se activa en su mayoría en horas de la noche, y no es extraño que se ponga a hacer actividades que despierten a todos los miembros de la familia -como cocinar, barrer, lustrar, etc.-. Esto, adicionado al nivel de desorientación que lleva a los padecientes a confundir primero las horas, los días, los espacios y finalmente a uno mismo, los vuelve muchas veces insoportables -debido a su condición de inoperancia y dependencia absoluta- a sus familiares, por lo que optan por internarlos en casas de reposo y asilos.
Lo lamentable y aterrador es que, en efecto, uno va descomponiéndose a todo nivel. Los recuerdos se atrofian, se confabulan, se confunden y finalmente se olvidan. Las nociones, los automatismos, la memoria, la capacidad de atención, la consciencia del yo... las capacidades del ser humano como tal se ven menguadas hasta el cero. La persona va perdiéndolo todo, desde el pleno uso de sus facultades, hasta el recuerdo de sus seres queridos, de sus vivencias y de su propia psiquis. Y sí, lamentablemente es irreversible, a pesar de que a veces encontremos en los sufrientes lagunas de consciencia, y con ello creamos ingenuamente en su recuperación.
El final, por supuesto, es triste. La persona, comunmente, pierde la vista, la audición, la coordinación motora, el habla, la capacidad para caminar. Lo más triste de todo esto es que, normalmente, estos enfermos pasan sus últimos días solos, y no porque no adviertan la presencia de sus seres queridos -de hecho, ya vimos que carecen de la capacidad de reconocimiento-, sino porque muchas veces estos los abandonan a su suerte en centros cuya garantía de seguridad, pulcritud y cuidado no siempre son lo que aparentan.
Para esta semana, en el curso de Psicología Anormal, nos habían mandado de tarea ver la película Iris. No pude localizarla, y no la vi, aunque recordé a mi tía Elvia, uno de esos personajes del baúl de recuerdos, que de todas maneras aparecerán entre tus personajes, si es que pretendes escribir alguna vez. Queda pendiente ver Iris, que por los comentarios de todos fue bastante buena, que yo ya le rendí homenaje a mi extraordinaria abuela de cariño.


Notillas.
(1). Denominada así por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, cuarta edición revisada. DSM IV-TR para los amigos.
(2). La metáfora no es una expresión gratuita -la utiliza Iris, en la película del mismo nombre, un film de 92 minutos bajo la dirección de Richard Eyre, 2001-. Para más información sobre la película, pincha aquí: http://www.amazon.com/Iris-Richard-Eyre/dp/B000067J3R.

martes, septiembre 19, 2006

Un lamento y ventitrés suspiros

Emotionally Aroused: It's over now.

No me das la chance de decir nada.
Y a pesar de creer que he obrado correctamente,
tengo una pizca de inseguridad, de culpa,
de impotencia, de indecisión.

Es que no hay mejor forma de corroborar,
de saber que no te importo nada.
It must have been love, but It's over now.
It's all that I wanted, but I'm living without.

Una salida fácil, un atajo, un escape.
No quiero creer que sea egoísmo.
No quiero cambiar la imagen que tengo de ti.
No quiero partirme más el corazón.



Chema's Soundtrack.
1. Roxette - It Must Have Been Love
2. José José - El Amar y El Querer
3. Raphael - Como Yo Te Amo
4. José Feliciano - Por Qué Te Tengo Que Olvidar
5. Alejandro Fernández - Me Dediqué a Perderte
6. Christian Castro - No Podrás
7. MDO - Sin Ti
8. José Luis Perales - Y Cómo es Él
9. Carlos Gardel - El Día Que Me Quieras
10. Alberto Plaza - Ahora
11. Fuera del Resto - Dime Cuántas Veces
12. Son By Four - A Puro Dolor
13. Roberto Carlos - Mi Historia Entre Tus Dedos
14. Polo Montañez - Un Montón de Estrellas
15. Franco de Vita - Si la ves
16. Andy y Lucas - Tanto la Quería
17. Christian Castro - Nunca Voy a Olvidarte
18. Antonio Cartagena - Sin Ti
19. Roberto Blades - Si Estuvieras Conmigo
20. Willy Noriega - Corazón Mío
21. Rey Ruiz - Mi Media Mitad
22. Roberto Carlos - Qué Será de ti
23. José José - El Amor Acaba

lunes, septiembre 18, 2006

It's Over Now

Daydream. It's over now... like a dream, like a game, a cicle, a life.


Roxette It Must Have Been Love

Lay a whisper on my pillow,
leave the winter on the ground.
I wake up lonely, there's air of silence
in the bedroom, and all around.

Touch me now...
I close my eyes...

I dream away...

It must have been love...
but it's over now...
it must have been good...
but I lost it somehow...
it must have been love...
but it's over now...
from the moment we touch
til' the time had run out...

Make-believing were together
that I'm sheltered by your heart.
But in and outside I've turned to water
like a teardrop in your palm.

And it's a hard...
winter's day...
I dream away...

It must have been love...
but it's over now...
it was all that I wanted,
now I'm living without.
It must have been love...
but it's over now...
it's where the water flows...
it's where the wind blows...

domingo, septiembre 17, 2006

The End

Y... primera vez que termino el juego. Qué pequeñas cosas dan pizcas de felicidad.

Galda was slayed by the Blue Dragon. The monsters returned to darkness. Light and peace were restored to the earth.



Now a NEW LEGEND is created. The new hero Lace, and his name will be remembered forever.


Thank you, too.

Dragon Spirit

Dragon Spirit. Pude sentir el mismo frío, cuando me echaba en el suelo para jugar en las tardes trujillanas. El Mansiche, el coliseo Gran Chimú, la casa de Gerónimo de la Torre. El antiguo control con apenas cuatro botones. La misma música. Me pude bajar un NSF de Dragon Spirit... Una sola palabra ronda mi cabeza: Start.

martes, septiembre 12, 2006

¡De la que me salvé!


Mi conmemoración del 11 de setiembre no pudo ser menos sentida...


Enrumbé a la universidad apenas y despierto -sí, me levanté lo suficientemente tarde como para no poder bañarme si quería llegar a tiempo- y me subí al Chama -prefiero llamarlo el micro de colores rojo, verde y negro, ya que por colores es que los identifico, a estos y a todos los micros-. Todo iba normal, incluso algo mejor que de costumbre: normalmente, a las siete y media de la mañana el transporte público es un caos total, los micros están totalmente llenos y la gente se apretuja cual gallina en jaula rumbo al mercado, pero en esta ocasión me subí al segundo Chama que pasaba acontinuación de otro, por lo que fue el primero el que estaba lleno, y yo pude sentarme tranquilo. Sin embargo, mi apacibilidad se truncó en breve.
Cuando llegamos a las primeras cuadras de la Avenida Arequipa, subieron cinco sujetos cuyas voces y apariencia hablaban por sí solas. El vozarrón del jefe era seco y algo ido, parecía de drogadicto. Insinuó la posibilidad de que atracaran a la gente del micro, mas por alguna razón desistió. En efecto, eran asaltantes, malhechores. Acababan de hacer su jugada, y no tenían reparo en hablar de la misma luego de sentarse a lo largo y ancho de los asientos del micro, de manera que pasaran caleta. Ni la gente del bus decía nada ni el cobrador; el chofer, ni muy joven ni muy viejo, mostrábase turbado. Estupefacto y algo contrariado, guardé mi billetera en mis calzoncillos. Habían policías alrededor, mas no hubo forma de que advirtieran a los fascinerosos.
En la primera que pude, no lo dudé y salí del micro. Sin pensarlo dos veces, me subí a otro cualquiera y aparecí por Independencia. Una vez allí, cuando tomé un taxi hacia la universidad, mi respiración fue volviendo a la normalidad. Esta vez no me importó tanto el taxi tomado, ni tampoco el llegar con un retraso de casi una hora a la clase -media en llegar a la universidad, y media en calmarme con una manzanilla en la cafetería-. Y es que a veces es mejor llegar tarde que nunca.

domingo, septiembre 10, 2006

Hocus Pocus (II): Reapareció la lap-top de Antanas Mockus

Cantó victoria. Finalmente, reapareció la lap-top de Antanas Mockus.

Gracias a El útero de Marita (http://ocram-peru.blogspot.com), quien nos informó a todos citando a Correo (http://www.correoperu.com.pe/paginas_indice.php?nota_seccion=7), me enteré por fin de la reaparición de la bendita lap-top perdida de Antanas Mockus. Y bueno, por fin encontraron la bendita máquina, la cual demandó -luego de la vergüenza- un gran operativo policial. Ayer fue rescatada cerca del emporio comercial Las Malvinas, al interior de una camioneta. Al parecer está intacta, y todos los archivos fueron salvados. Lo curioso es que la policía no reportó ningún nombre. En fin, ya para qué preocuparnos por eso. Lo importante es resarcir de alguna manera a un invitado cuya estadía en Lima -y sobre todo en la PUCP- olvidará muy difícilmente. No fue necesario, pues, enterarme desto por un taxista, aunque no sé si llegaré temprano mañana. En fin, hasta pronto, Antanas. Mucha suerte, y más cuidado la próxima vez.

sábado, septiembre 09, 2006

Hocus Pocus: Le robaron la lap-top a Antanas Mockus

Ya no recuerdo el día. Me dolía mucho la cabeza, había dormido hasta tarde y ya no la hacía hasta la universidad. Me dolía la cabeza, pero más me dolía que tendría que tomar taxi de todas maneras para llegar. Así que, caballero, me bañé volando, encontré el desayuno en mi escritorio, apenas tomé mis pastillas y dejé la mitad del yogurt con cereal con pasas.
Me tocó un taxista hablador, gracias a la providencia. De veras prefiero conversar en estos trayectos, un poco para no arrepentirme por gastar 7 u 8 soles en vez de menos de uno, un poco como aliviándome, disipándome por la hora -porque solo cuando voy a llegar tarde tomo taxis, aunque esto sucede varias veces-. Y como yo siempre soy de hablar -y de hablar mucho, además-, congeniamos al toque. Por supuesto, me preguntó qué estudiaba y cuando le dije Psicología ya esperaba lo que me dijo, la clásica ¿o sea que ya me estás analizando? Cambié de cara, como acostumbrado hasta el hartazgo y le dije no, solo que ya sabía que dirías algo así. Le expliqué que lo que escogemos como profesión difícilmente lo hacemos en nuestros ratos libres, por no congestionarnos tanto. Luego, le conté un poco sobre las tres especialidades de psicología en la PUCP, las subdivisiones de la especialidad de psicología social, así como las tres corrientes teóricas principales. Parecía interesado, me pedía ejemplos y todo. Sin embargo, como sucede en todas las conversaciones, que llegan a un punto en el que para seguir conversando lo que hay que hacer es fijarse en alguna cuestión de momento, saqué mi PuntoEdu -que ahora leo todas las semanas; por cierto, ya me acordé, fue el miércoles- y fue allí que me enteré.
¿Y, maestro, qué opinas de lo del robo? Como siempre llego tarde para todo, sobre todo para los chismes -gracias a la providencia, también-, no tenía la menor idea de lo que mi interlocutor acotaba. El taxista me lo contó: Dicen que le han robado su lap-top a un profesor invitado, un colombiano. Lo chistoso es que es especialista en temas de seguridad, y que para eso venía a dar una conferencia. Por supuesto, el hombre carcajeó de lo lindo luego de concluir el chisme, como si estuviera orgulloso de un chiste recién inventado. A mí me faltaban los ojos de ¬¬, porque la indignación y la vergüenza ajena ya me habían escarapelado el cuerpo. Efectivamente, había leído en el PuntoEdu el mismo lunes -aunque lo olvidé, puesto que era ese mismo día, no conocía al ponente, y además tenía cosas que hacer-, que Antanas Mockus había venido para dar una conferencia titulada Trasformando la ciudad: gestión del espacio público y cultura ciudadana. Primera vez que sabía algo de este señor, aunque parece importante, es un filósofo que además ha sido alcalde de Bogotá. No se trataba precisamente de un experto en seguridad, como afirmaba el risueño e informado taxista que tomé, pero de hecho tenía que conocer bastante sobre el tema. En fin, ¿a quién le importa que no sea un experto en seguridad? Eso convertiría este hecho punible y vergonzoso en uno de los colmos y constataciones más saltantes de que el Perú es el país de las maravillas, el de la clicheística pregunta vargaslloseana de Zavalita. Aunque igual seremos el hazme reír de la comunidad internacional, como tantas veces, por un par de semanas más.
Quisiera saber si en efecto se trata de un robo o de un hurto por parte de un cleptomaníaco adrenalinofílico que vio en esta la oportunidad perfecta para probar su viveza criolla, para sentir el miedo de la persecución. Esto podría ayudar a tener la esperanza de que sea devuelta la laptop de este ilustre señor, que no tiene la culpa de nuestra condición de república bananera. Porque luego de enterarme de lo acontecido por el informado taxista, la cuota de humor negro la pusieron mis amigos cuando dijeron que en esa lap-top estaban los trabajos de su vida, muchos proyectos importantísimos y demás ideas geniales. Pobre Antanas. Suponiendo que esta información adicional sea cierta, Mockus debería tener una copia de seguridad, un disco esclavo donde guarde absolutamente todo. A mí no me parece chistoso, pero por todo el escándalo advierto que en efecto no hay backup, y que el pobre Mockus lo ha perdido todo. Esperemos, entonces, que se mejore la recompensa para que este cleptomaníaco adrenalinofílico o choro regular tenga algo de conciencia y altruismo retardado y devuelva lo que no le pertenece. Por cierto, si es que esta bendita laptop ya ha sido devuelta, lo siento chicos, tendrá que decírmelo alguien informado. Espero que no sea un taxista, nomás. Debo llegar temprano.

jueves, septiembre 07, 2006

One more cup of coffee...


Loyal friend. One more cup of coffee for the road. One more cup of coffee before I go.. to the valley below...

Este ciclo no es solo la reivindicación. Este ciclo es un compromiso. Es un quedarse leyendo hasta que haya que terminar, no importa el tiempo, no importa el messenger, no importa el internet, la vagancia, la flojera de un ratito más, ¿ya? ahorita me levanto... -cobijado en mis sábanas, dispuesto solo a seguir durmiendo-. Es sentarse a terminar pendientes con el cafecito de la esperanza en hacer un buen trabajo. Este ciclo es un comienzo. Más que una promesa, una convicción.

sábado, septiembre 02, 2006

Desmotivado

Quería comenzar bien el ciclo, pero las remanencias del edema me lo impidieron, haciéndome faltar la primera semana y contribuyendo a una suerte de indisposición por las jaquecas inacabables.
Quería comenzar el fotolog, quería salir a tomar fotos por Lima, pasear y recorrer mi ciudad y sacarme temores y dolores de la cabeza, propiciar momentos de paz en mi fuero interno, pero no me devolvieron mi cámara, y es más, la estropearon y no hay garantía de que me la repongan.
Quería que me devuelvan mi chompa favorita, pero parece que soy muy ingenuo en un país de pendejos.
Quería que la fiesta de cumpleaños salga bien, pero por ciertas circunstancias fue muy desagradable. Para empezar, avisé muy tarde a mi gente y fueron muy pocas personas. Las complicaciones del dolor de cabeza no amilanaron mis ganas de pasarla bien, pero mermaron mis ganas de bailar, y de alguna manera afectaron a ciertas personas importantes. Como era una fiesta doble, no conocía mucha gente del otro grupo, y simplemente no eran la voz. Un trío fue especialmente desagradable, ya que además de causar destrozos, lograron que la fiesta acabe con una de ellos en el hospital intoxicada, y luego los dueños de la casa pusieron el grito en el cielo, lógicamente, y se fue a la mierda todo. Y además, me peleé con ella.
Quería que las aguas calmen su agitar desbocado. Y lo hicieron, pero muy poco tiempo. Ahora somos dos extraños más.
Ahora solo me queda el dolor de cabeza, cerros de separatas por leer un sábado, y cero concentración. No tengo ganas de nada, ni siquiera de caminar, ni siquiera de escribir.

viernes, septiembre 01, 2006

Celos


Siempre creí que eran una enfermedad, un querer mal construído, una inseguridad... Los celos. Acabo de conocerlos, recién a los 21. Y ni siquiera comprometido. Hace más de un año, a lo largo de mi última relación, no los sentí, no los experimenté nunca en mi vida. Nunca hasta ahora. ¿Por qué? no lo sé, no puedo responderlo. No hubo razón alguna, supongo que los celos serán en su mayoría infundados, puesto que no corresponden a un juego racional, sino más bien a una nada sesuda ebullición emocional.
Primera vez que me sitúo en el grupo de los celosos. Y no se siente bien, para nada, sobre todo por los efectos colaterales de estas acciones -que uno realiza en ese estado-, ocasionan en los demás. Quisiera que no hubiera sucedido, quisiera que no vuelva a suceder.