viernes, noviembre 18, 2005

Entre risas y lágrimas


La vida suele golpearte muy duro, tanto que no solo caes y te vuelves a parar con dificultad, sino que realmente te desplomas, y a pesar de que te levantas, es como si siguieras al fondo del pozo, o fond de l'Étang -léanme entre líneas, por favor-. Pero así como suele golpearte muy duro, a veces te da momentos sublimes, instantes en los que, sinceramente, sencillamente, te olvidas de todo el sufrimiento, y a pesar de que sabes que regresará, que la dicha es prístina, efímera -y por eso precisamente tan sublime- ríes, respiras profundamente, sueltas algunas lágrimas, muchas lágrimas tal vez, pero la cantidad no importa, porque son de alegría, de emoción positiva.

* Atentos: Clément Matthieu y el alumno que fungía de atril, en el concierto coral de los niños de Fond de l'Étang, en Les Choristes. Foto tomada de: http://www.cinefest.com/filmseries/pics/Les-Choristes.jpg


* Pillo: Salvatore, el entrañable 'Toto', observa con curiosidad y emoción parte de las escenas censuradas por Alfredo, en en una de las escenas -valga la redundancia- más famosas de la historia del cine, en Nuovo Cinema Paradiso. Foto tomada de: http://www.sea.fi/foto/Il_Nuovo_Cinema_Paradiso.jpg

Gracias a mi querida madre he aprendido a tener el gusto por cosas geniales como el cine y la música, y más si ambos son clásicos, y mejor aún si vienen juntos. Hoy he visto con ella Cinema Paradiso y Les Choristes, ambas películas geniales, ambas nos hicieron reír y llorar -¡Cinema Paradiso nos hizo llorar y reír al mismo tiempo! Definitivamente es una de las mejores películas que he visto en mi vida, y Les Choristes también fue genial, de hecho no perdí el tiempo y ya estoy enganchado con su delicioso soundtrack-. No es mi intención hacer las sinopsis de las mismas, solo decirles que si pueden, dénse el gusto de verlas, que, realmente, son de una calidad inobjetable. Verdaderas películas maestras, con verdaderos geniales actores, como suele ocurrir con las películas europeas, sobre todo si son ítalo-francesas o francesas, respectivamente.

Todo comenzó hoy a la hora de almuerzo. Mi madre me compró la película Mar Adentro, que le había encargado conseguírmela para antes del jueves -ayer- para apoyarme en ella para un trabajo sobre la eutanasia. Como es de esperar, compró un dvd pirata, pero lo más gracioso fue que el disco no contenía Mar Adentro de Almodóvar, sino una película de suspenso de origen inconfundiblemente norteamericano, llamada Open Water -Mar Abierto en la traducción, así que presumiblemente el pirata confundió caja y disco-. La película, que no era mala, tampoco era brillante, y el tema francamente no es de nuestro agrado, y peor aún si hay sangre, miedo y muerte. Al habernos ya sentado hora y media frente al dvd viewer, sin hablarnos elucubramos el mismo pensamiento: hay que ver algo que realmente valga la pena. Entonces mi madre se levantó y, sin dudarlo, colocó Cinema Paradiso.

Como padre e hijo: Alfredo le cuenta una historia de amor a Toto -quien le acaba de pedir consejo con respecto a ese tema, dado que está enamorado-, la historia de un joven plebeyo enamorado de una princesa, la cual le concede, luego de que este la aborda y le confiesa su amor, su mano a cambio de un gran sacrificio, que espere frente a su ventana por 100 días. En la noche del día 99, el plebeyo regresa a su casa. Foto tomada de: http://img106.exs.cx/img106/115/totoyalfredo4cq.jpg

Con un ligero aire otoñal, pero sumamente conmovedora, pasional y divertida, el clásico me atrapó desde el comienzo. Es indescriptible tratar de comentar lo que sentí en el transcurso de la película: perdí verdadera noción del tiempo, todo fue un ir y venir de emociones y sensaciones constantes, tanto que lloraba y reía casi intercaladamente. Fue sinceramente grandioso, uno de los momentos más sublimes, entrañables, que haya tenido. Philippe Noiret, el tan querido Alfredo, me hizo recordar a mi fenecido tío de cariño Lucho -quien fuera para mí algo así como mi abuelo que nunca tuve-, y a las tantas ocurrencias propias de los años mozos -¡qué tiempos aquellos!-.

Y no fue todo. Seguidamente, mi madre colocó Les Choristes en la lectora. No podía ser de otra manera, vaya que no se equivocó. No es mi intención comparar ambas películas -aunque hay varias cosas que tienen en común, sobre todo que me hicieron llorar y reír como un pequeñito-, puesto que ambas tienen sus cosas geniales. La primera es una obra maestra del cine mundial, y la segunda una de las mejores películas de origen europeo de los últimos años. Sus épocas son distintas, aunque retrospectivas, con un pasado rico, tierno, digno de ser recordado.

La llegada de Matthieu a un colegio de pequeños diablillos marcaría para siempre sus vidas. Ambas películas están dotadas de momentos de increíble expresividad. Recordé tantas cosas, me identifiqué a mí y a los míos, a los que fueron míos, recordé sentimientos, vivencias -sobre todo mi época de partituras, ensayos, atriles y túnicas: sí, estuve en el coro de mi colegio-. Me sentí más vivo que de costumbre, y sobre todo ahora, que ando arrastrando los pies y con una nube gris en la cabeza, con el santo de espaldas -no sé cuál, dado que no soy feligrés-, con el cielo panza de burro más gris y frío que nunca -sino explíquenme por qué me empecé a abrigar de repente-... Las lágrimas caían una tras otra, sutilmente acompañadas por sonrisas, un calorcito que se sentía muy bien en el pecho -si tienen una sensibilidad aguda me entenderán con facilidad-.

Les Choristes: Morhange al centro de la foto, cantando con sus compañeros del coro de la escuela de Fond de l'Étang, bajo la conducción de Clément Matthieu. Foto tomada de: http://www.pc-otaku.com/archives/co.jpg

No dejen de verlas: es más que una recomendación, una invitación.

1 comentario:

pedrocom dijo...

estimado.. mi nombre es pedro vasquez y por casualidad de la vida comparto tus opiniones con respecto a ambas peliculas, sobre todo con respecto a cinema paradiso,,, es la pelicula mas bella del mundo,.....es entrañable y cada vez que la veo, lloro de emocion, y de emociones, que se juntan , el amor y cariñode alfredo me recuerda a mi padre y abuelo..., las ganas de crecer y amar de toto, y por sobre todo, el amorperdido y lo mas im`portante .. recordar con nostalgia a la gente que fue parte de mi vida.. gente importante...gente que amo y que ame..
te felicito por tus comentarios, y en este momento dejame recomendarte otra peli... high fidelity.. que si bien no es tan conmovedora tambien representa parte de mi vida.. la madurez de aceptar y amar las diferencias de alguien que llega a tu vida, y despues se vuelve tu vida...todo con un gran soudtrack y de fondo la nostalgia del vinilo....
saludos